Carta triste a la sirena

No me amparo en la luz
de tus deseos envenenados
-Estoy salvado-

Tampoco en las flores
del jazmín de tus pechos
libados en amaneceres
como jardínes
-Tan sublimes-

No me amparo en tu cuerpo
de silencios submarinos
buceando en la soledad
de un sexo que se excita

Me amparo en la oscuridad
envejecida de la piedra solar,
en el Universo de mis sombras,
en mis soledades agitadas
-Sirena alada-

Me amparo en los años perdidos
persiguiendo un sueño
que se evapora en nubes de cristal
-mi soledad-

Me amparo en la fuerza
de los ángeles custodios
-mis demonios-

Me amparo en la Atlántida
con un dragón escarlata
-tu cola de plata-

Me amparo en las siete
diademas de Eva

En los serafines ardientes
con su espada de fuego
rodeando tu Trono Universal
-majestad-

Me amparo en las cuatro
caras que guardan lo Sagrado
-enamorado-

Me amparo de nuevo
en mi silencio eterno,
roto en ésta carta

Pepesori
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Delicioso poema pepesori, lleno de imágenes literarias que hacen de tu obra una gran poesía, ha sido un placer encontrarme con tus letras.
Saludos desde mi rincón marino.

 

Solo quiero limitarme que me gusto mucho tu trabajo, se percibe la pasión al escribirlo y llega al lector,
un gran saludo cordial desde Venezuela

 

Muchas gracias por tu comentario y lectura, saludos virtuales

 

Me ha gustado amigo Pepesori, gran lirismo enmarcado en una cuidada y sensible escitura. Bello poema. Abrazote vuela. Paco.

 

una triste carta que arruga el corazón, grato leerte

 

Gracias de nuevo!!
saludos