El desconocido

Tan potente y frágil,

tan distante y dentro;

no te conozco y te tengo.

Cuanto mas te trato

menos te encasillo,

mas te escapas de mis lindes,

mas te difuminas.

No te busqué

y apareciste.

Llegas en los momentos mas silenciosos,

en la bulla de la tarde,

por los sitios que estoy siempre.

No te reconocí

hasta que hice silencio

en mis rincones mas áridos,

hasta que me sosegué en la terraza

con la tierra de las plantas,

cuando disfrute de la vida,

de toda ella.

Reconocí los momentos mas amargos,

los desleí en lagrimas,

me alegre con las cosas mas pequeñas

y callé lo que sé

y lo que no sé,

en todo esto te sentí

fuerte y desconocido,

amable y paciente.

No te abarco,

aunque se que estas

por tu suave aliento.

 

Un gusto, Agnamala. Un placer que me leas
Un abrazo
Maria

 

Asi lo haremos
Buenas tardes