Discurso del Rey.

Cómo quisiera tenerte entre mis brazos.
Te invito a mi fiesta de disfraces.
Palomitas de maíz, para los montaraces, Reyes del Poniente.
Oro, incienso y mirra, traen en sus alforjas, los Reyes Magos de Oriente.


Te beso la barriga, para que no se diga, que yo soy un hombre malo.





También, la frente, para resultar decente y apropiado.
Como últimamente, ando un poco atrofiado,
saldré a pasear por el prado. Así, respiro el aire limpio, de la Madre Naturaleza.
En ella, soy feliz y me divierto, resolviendo acertijos, y formando Puzzles y rompecabezas.


Me gustan los laberintos. Y a ti, de uno de ellos, te he rescatado.





Te concedo la pastilla efervescente, que cura el resfriado.
Somos dichosos y benditos, porque nos portamos bien, casi siempre.
Ahora, por Navidad, nos hacemos regalitos.
Dibujos te doy yo, y tú me pones buena nota: Un sobresaliente.


Tendremos hijos que serán felices y auto-didactas. Inventores destacados en el mundo entero.





Se casarán con princesas esbeltas y gráciles.
Y nos darán nietos lindos y eufóricos.
Alegres, dicharacheros, simpáticos y tiernos.
Me gusta mucho, formar parte del Gobierno.

 

Divertido amigo Nommo, sabes como entretener.... saludos, felices días.

 

Gracias, amigo.
Bla, bla, bla...
Y qué felices somos.