15.89 - El Naranjo Viejo

15.89 - EL NARANJO VIEJO

Melancólico está el naranjo viejo,
que sabe no lo quieren más en casa,
nada importa si al árbol algo pasa
y no aceptan de nadie ni un consejo.

Que entre en el lugar el sol bermejo
es la sola razón por la que amasa
su idea el vejestorio con su escasa
paciencia del naranjo sin gracejo.

De pronto con perfumes se llenó
todo el patio, la casa y el solar
y aquel árbol frondoso floreció,

fueron cientos de flores de azahar,
la mujer a su sombra se durmió
olvidando por qué lo iba a cortar.

Lourdes C
Enero 01, 2018​

 

En ocasiones, estimada Lourdes, hay que desprenderse de lo viejo para que lo nuevo pueda ocupar su lugar, es ley de vida; lo que sería bueno es no olvidar las bondades de aquello de lo que nos desprendemos porque de alguna manera formó parte de nuestra vida.

Lindo soneto, amiga que me ha recordado un poco aquella serie que inició Marga, a la que por cierto hace tiempo que no se la ve por aquí, y en la que incluyó un buen montón de árboles.

El final me parece algo triste pues, ni cubriéndose de azahares , consigue el naranjo conquistar el corazón de la expeditiva dueña del jardín.

Mi felicitación con un saludo cordial, amiga poeta.

 

Magnífico soneto!!! La naturaleza nos muestra sus donde y los porque vivimos bajo su sombra y aquello que parece muerto puede revivir en un instante de sueños. ¡Bellisimo poema! Un placer disfrutar de tu exquisita poesía, Lourdes, recibe la más cálida felicitación y saludo.

 

Bien expresado el valor que se da a lo viejo a pesar de que pueda ofrecer aún lo mejor de sí mismo. Feliz año Lourdes y felicidades por el soneto.

Un abrazo,

Palmira

 

Jmacgar, gracias por venir a mis letras y por tu lindo comentario. Yo también me acuerdo de Marga y sus bellos poemas. Ojalá que pronto venga a compartir su poesía. Feliz Año 2018.

 

Me ha gustado mucho ese cambio que has hecho en el último terceto, Lourdes, con el que has hecho desaparecer el oscuro final anterior tornando a la expeditiva taladora del naranjo en una bella durmiente a los pies de sus frondosas ramas, quien sabe si narcotizada en dulces sueños por el perfume embriagador del azahar.

De nuevo te dejo mi felicitación.

Un saludo muy cordial, poeta.

 

Precioso soneto Lourdes, Yo tengo uno cerca de mi ventana, y también disfruto de su olor a azahar, besitos.

 

¿Naranjo dijiste?... Pues ya estoy aquí.
Buen soneto, Lou. Los árboles sufren de enfermedades, envejecen y hay que cuidarlos. Pero en estos tiempos de producir al mil por cien, nadie atiende sus sufrimientos; se corta y uno nuevo.
Así veo que ocurrió en ese patio que nos traes, con sierra y brazo ejecutor. Y no sirvieron de nada ni sus pasados frutos ni sus esfuerzos.
Desde estos naranjos valencianos, un abrazote viajero de principios de año.

 

Daniel, gracias por tu gentil visita y comentario en mis letras. Eres muy amable. Saludos.

 

Que bello, tu naranjo melancólico y todos los sentimientos que creas. Bendiciones Lurdes.-

 

Dicen que cada árbol viejo, tiene millones de historias que contar, saludos guapa