Lejos

En la noche tu recuerdo se avecina,
la llama se apaga es una lampara de bencina,
quiero acariciarte pero tu piel esta muy fría,
sentir tus labios con temor a la caída.

Tu mirada ya no esta conmigo,
tu partida fue mi castigo,
es verdad que el amor es una espada de doble filo,
hoy estoy en el paraíso y mañana pendo de un hilo.

Lastimar el alma de esa manera debería ser un delito,
quise acercarme y termine maldito,
quise alejarme y acabe en un laberinto,
mi corazón era rojo lo dejaste blanquito.

De las caídas se aprenden,
el volver de mi ya no depende,
tu actitud ya no sorprende,
cuesta creer que ya no me correspondes.

 

Bella manera de contarlo, el amor nunca se puede dar por seguro para siempre, somos humanos y como tal nuestros sentimientos pueden cambiar en cualquier momento. Me ha gustado tu poema amigo Briaan. Un abrazo. Paco.

 

Muchas gracias a los 2