Crónicas de un Abuso

I. Culpa

Cómo poner en palabras
aquel periodo brutal
me acechan como animal
las imágenes macabras.
Mas dejaré que se abra
una vez más esa herida
pues mientras siga escondida
y negando su existencia
resonará en mi conciencia
hasta que encuentre salida.

No fue mi culpa repito
ni una de sus agresiones
y aun así mis emociones
se contradicen a gritos.
En los recuerdos habito
reviviendo los momentos
y así le doy alimento
a un círculo sin sentido.
Todo lo que me ha dolido
vuelve en pequeños fragmentos.

Las cosas van escalando
uno no sabe ni cómo
la pluma se vuelve plomo
y solo pensaba hasta cuándo.
De lejos voy develando
lo que ha sido suyo y mio
mis carencias fueron río
que regaba una adicción
una fatal atracción
mi pecho dejó vacío.

El recuerdo de su aliento
tras de mi cuello resuena
zumba como una colmena
sobre mi pecho mugriento.
Por borrar ese momento
daría mi vida entera
por sacar esta barrera
que me ha alejado del mundo
un hálito nauseabundo
que por años me siguiera.

Violencia trajo violencia
gritos, insultos y abusos
seguían llantos profusos
disculpas sin consecuencia.
Mi vientre tenía la urgencia
de escapar de ese lugar
pero no pude encontrar
la fuerza hasta que fue tarde
No es cosa de hacer alarde
pues no me dejo de odiar.


II. Aceptación

¿Cómo poder aceptar
el lugar en que me puse?
Pues para que otro abuse
hay que dejarse abusar.
No deja de resonar
esa maldita pregunta
que fuera solo la punta
para entender el porqué
Necesité mil traspiés
y bastantes penas juntas.

Y es que no hay explicación
que haga cambiar el pasado
y el lugar donde haya estado
No tiene ni tendrá razón.
Juicios a una relación
que hace mucho que no existe
pero aun así persiste
una herida que no sana
aunque lo intente se afana
y a cerrarse se resiste.

Pero el tiempo poco a poco
pone todo en su lugar
ya no me voy a culpar
por las acciones de un loco
que por inflarse los cocos
recurría a la violencia.
Yo lo acepté en mi inocencia
creyendo que sanaría
Mas me concentro hoy en día
en completar mis carencias.


III. Liberación

Ya no volveré a dejar
que sus acciones me indiquen
que me restrinjar o achiquen
el camino a caminar.
De a poco voy a sanar,
no buscaré la premura
recuperar la cordura
es un proceso muy lento.
Deconstruir los cimientos
para volver a mirar.

 

Qué decirte...? No hay como comentar una poesía sobre este tema sin que las palabras suenen tibias. Sólo mencionar que seguramente la voz que se alza en tu escrito es la de muchas...la de todas. En el camino de las mujeres, la mayoría, tenemos algo qué contar al respecto. Seguramente muchos hombres también, porque quien abusa o somete es a un otro más débil, que bien puede ser un niño o una niña.
Gracias por compartir a pesar de que te debe doler esta historia, sea propia o ajena.
Un abrazo:
Malena.

 

Profundo y edificante poema que desarrolla ambas partes de una tormentosa y tóxica relación, desmenuzando y analizando los sentimientos intimos de un maltrato en primera persona.
Me alegro de la vuelta del arte de tus poemas tejedora.
Un saludo desde el sur.

 

Triste y por desgracia, tema que abunda mas de lo que imaginamos. Lo describes de manera cronológica, que haces sentir al lector como si estuviera en la escena. Felicidades y saludos estelares.