Una llama que no encienden otros ojos.-

UNA LLAMA QUE NO LA ENCIENDE NADIE MAS
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Hay una llama que quema mi cielo,
Y quema aun más allá.
Es la de este pecho
Este corazón
Que tomó alto vuelo;
Alto,
Alto más que esos montes,
Mas que esos pájaros
Esos luceros
Más que toda verdad.

Es la llama que encendieron tus ojos,
Lejanos, dolientes,
De amar;
Claros, perfectos, hermosos,
Que me hacen soñar.

Y esta llama es además
Mi historia,
La historia de mi espera
Esta espera de todos
Del amor de recodos
De escondrijos
De clavos
De miel lejana
Como quimera universal;

Es el azul del ayer,
El rojo de hoy
Y el negro a que enfrentar.

Y esta llama consume mi alma,
Mis errores,
Mis temores,
Mis ansias,
Mis días
Mis noches
Mis certezas
Y mi vacilar;

Y me deja en cenizas,
Pues sin ti esta llama,
Arde y arde
Y silente, muda, seca
Siempre arderá.

Y esta llama no la encienden otros ojos,
Otra vida,
Otros antojos,
Otro caminar.

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Bello, sentido y romántico poema de amor y vida. Me ha gustado amigo Isaías. Un abrazo. Paco.

 

Estás ardiendo, Isaías.
¡ Bravo !
Por fin, sientes la fiebre, con sus delirios.
Y no te ha hecho falta ser quemado en una hoguera de la Santa Inquisición.
Te ha bastado con mirar a una mujer, a los ojos.
Sí que eres fuerte...