Mi musa del mar

No tardé ni dos segundos en mirarte
y la mitad en desearte la boca,
la cuarta parte en soñarte
y ni te digo cuánto quitándote la ropa.

La última vez que me había ilusionado
pensé que esas cosas no eran para mí
llámalo y bautízalo pecado
pero deja que yo piense en ti.

Que valga cada día en que te pienso
total… el sol que te ilumine,
y que en la noche la luna te hable del tormento
que vivo suspirando tus declives.

Jamás tuve motivos para vivir
porque el amor cambió de dirección,
pero el aire que te trajo a mí
me dijo “ten para que sueñes con lo mejor”.

Y aquí me tienes a tus pies caigo rendido,
te declaro diosa de mi vida…
perdón si sueno algo atrevido
pero qué quieres, aquí ya eres bienvenida.

La última vez que me había ilusionado
me partieron en veinte el corazón,
ten que me confieso llave en mano…
abre la puerta, del resto me encargo yo.

 

A pesar de los desencuentros, el amor siempre renace...Hermoso poema de amor envuelto en delicada sensualidad!! Felicitaciones, amigo poeta!!! Un abrazo

 

Por dicha Miguel que el amor renace, de lo contrario para qué vivir?. Un placer recibirte por acá.

 

lo he dicho siempre el mar es cómplice de tantos versos, grato leerte

 

El mar es mágico Marianne. Un placer recibirte por acá.

 

Los amores son así, a veces fáciles, otras difíciles y a veces imposibles.
Enhorabuena amigo Roberto, entretienes con tus versos. Un abrazo

 

Amigo Halcón te diré que mi musa no es fácil, pero tampoco es tan difícil, es un poco más imposible eso sí. Un placer recibirte por acá.