Radiografía del miedo

Me perturba el silencio de su paso.
Yo creí en la fiebre o el alud, la sombra
que, como un tótem salvaje, aún quema
el corazón. Ni el colmillo voraz, ni el
temor ante la desvalida efigie del niño,
ni la incógnita que abre sus alfileres
de cilicio a la incertidumbre del mañana.
Es más simple, el miedo circula igual
que un latido, dirige los pasos de la rutina,
invoca la sorpresa tras el tedio de una pausa.
El miedo me hace compañía entre los intersticios
de un segundo, es un soldado que no ceja
de desfilar hacia el fin, una máscara que
recubre mi piel como un barniz o un maquillaje
que me roba con su insolencia la auténtica vida.

 

Excelente trabajo. Aprendí una nueva palabra: cilicio. Saludos cordiales.

 

Hermoso poema. El miedo es un acompañante terrible, el miedo también te mantiene alerta. Hubo una época que sentí un terrible medio, celebro esta creación que me a emocionado. Un placer disfrutar de su poesía amigo poeta. Un abrazo fraterno.

 

gRACIAS

Gracias, joblam, por la lectura y el amable comentario. Un saludo cordial.

 

El miedo es inevitable y casi necesario, por aquí hay un dicho que dice: "El miedo guarda la viña". Bello poema amigo penabad. Paco.

 

Pues lo has escrito de una forma que te hace entrar en ese miedo...es tan pegado al ser que convives con él y lo aprendes a esquivar hasta en poesía.
Un gusto venir a tus excelentes letras
abracito

 

Gracias, amigo, por la lectura y amables palabras. Un abrazo.