Encadenando a un Corazón

Dónde estás, te perdiste
en la nebulosa de mi imaginación?
donde estas que no te veo
sal de tu escondite
ingrato corazón?

Té prohibí que volvieras
a creer en el amor,
te prohibí que te dieras
sin medida y sin razón,
e hiciste caso omiso
de lo que yo te pedí,
y ahora roto y marchito
te escondes tú por allí.

No vale la pena darse
de la forma en que te das,
para que volver arriezgarte
si roto vas a quedar?
y ahora me toca a mí
de nuevo volver a buscar
tus pedazos destrozados
que regados por allí están.

Ya sal de tú escondite
mi lastimado corazón,
ven nuevamente a mis brazos
que consolarte lo haré yo,
pues nadie más te comprende,
ya nadie entrega el corazón
como tú sabes darlo,
sin medida ni razón.

Ven nuevamente a mi pecho,
de donde no debiste escapar
para irte a entregar a otro,
que no te supo valorar
no te cansas de sufrir?,
No te cansas de llorar?
Ya verás cuando te encuentre
que te voy a encadenar
para que más nunca sufras
y no te vuelvas a escapar
y así yo no me desangre tanto,
porque sin ti la vida se me va.

SP

 

Un monologo enorme
de las veces cuando nos recriminamos a nosotros mismos.
saludos

 

Gran entrega en bellas líneas. Muy creativo poema, nostálgico y profundo. Un placer leerlo. Mis saludos.

 

Muy amable por su comentario, me alegro le haya gustado mi sentir.
Gracias en verdad.
El honor es mio de que usted se tome un momento de su tiempo en leerme.
Feliz día.

 

Así es lo que sucede con los corazones enamorados, no atienden a razones, van por libre y no podemos dominarlos más bien al revés, él a nosotros si. Me ha gustado. Abrazote vuela amiga Susi. Paco.

 

Es Verdad Caballero, no entienden de razones y omiten el cerebro por querer sentir.
Gracias por leerme y por su comentario.

 

Gracias Preciosa por tan hermosas palabras, halagada estoy yo por su comentario y por conseguirle el sentido a mi poema.
Un fuerte abrazo fraternal.