Oda a la inocencia

Hoy un libro se alegró
porque lo saqué de la librería,
"¡Me van a leer!¡me van a leer!"
Alegres sus compañeros
lo vitoreaban,
le cantaban salmos,
festejaban su victoria,
su buena fortuna.
Lo que él no sabía,
ni sus compañeros tampoco,
era que entraba a la eterna cola
de lecturas pendientes de mi biblioteca,
ahí junto a Rimbaud y Kafka,
García Marquez y Cortazar
abandonado en mi biblioteca personal,
enterrado junto a los clásicos,
encerrados a altura
en estantes de fina madera,
cárcel de lujo,
pero cárcel al fin y al cabo,
cementerio para ricos,
pero cementerio de muertos, claro.

 

Así es la vida, en algunas ocasiones.
Un aspirante a actor de cine, se muda a Madrid, que es la Villa y Corte.
Allí, prospera como camarero, en algunos restaurantes.
Pero pocas veces le llaman, para algún rodaje de película.





Y sin embargo, no ceja en su empeño. Año tras año, hace su vida allí. ¡ Es la capital !

 

Original y muy bien escrito para mi gusto, me ha gustado amigo J.E.Mozo. Un abrazo. Paco.