A sorbos. Soneto.

A sorbos de café despierto y vivo

envuelto en un sudario denostado

que siempre me recuerda resignado

la senda a recorrer feliz o esquivo.


A sorbos de milagros me concibo

dejándole a la Vida mi cuidado,

pequeño y por la dicha agigantado,

adulto como un niño redivivo.


Apago mi estertor con el siguiente

soneto que me llega a la cabeza

henchido de palabra y penitente.


Enciendo mi verdad en la crudeza

de verme en un minúsculo presente…

y luego dando savia a la maleza.


Las Palmas, 09/05/18

 

A sorbos y lentamente se va bebiendo la vida...
Musicalidad y elegancia se percibe en su Soneto, grato leerle, saludos!

 

Muchas gracias, Brisa. Saludos.

 

Muy bello, me gusta lo de a sorbos, lo interpreto como poco a poco, el universo parece tan grande y nosotros tan pequeños. Un abrazo amigo Esteban. Paco.