Para abrazarte

No me importaría salir a correr como un loco cada vez que llueve
ni sacrificar del todo el aire que la vida me permite respirar,
ni ser tan solo un tenue espejismo a la luz de tu mirar
si aquello me permite estar contigo, aunque solo sea un momento breve;
no haría falta sopesar las consecuencias que mi actuar conlleve
si al menos una de todas mis acciones resulta en que te pueda abrazar.

No escatimaría esfuerzos para refugiar con mis brazos tu cintura
aunque ello signifique olvidar de golpe todas las que he tomado;
no interesa cuantas cosas y momentos tenga que dejar de lado
solo para apaciguar en algo mis anhelos al rodear un tanto tu figura,
sería capaz de entregar lo poco que me queda de cordura
si por recompensa puedo alzar la palma de mi mano a tu costado.

Y si me pidieras como requisito que acabe con los actos de mi vida cotidiana
yo haría todo lo posible para que aquello sea una realidad a corto plazo,
porque estoy seguro que, sin importar lo que suceda, mi empeño no sería escaso
con tal de envolverte unos segundos para no sentirte tan lejana;
aunque hagas efectivo el derecho de soltarme cuando se te venga en gana
o apeles a tu potestad de no sentir lo mismo y sea efímero tu abrazo.

Y aunque todo esto te parezca exagerado, la ilusión intacta no me dejará mentir
porque al momento de abrazarte entenderás que una inmensa fantasía me respalda;
ese anhelo de quererte, el cual no busca un coqueto guiño de tu falda
sino solo una sonrisa tuya que lo haga insistir;
ese mismo anhelo que sin temor y con seguridad me hace sentir
que le podría dar la vuelta al mundo entero simplemente por tener el privilegio de abrazarte por la espalda.

Y así caer en un profundo mar en donde reine la perfecta complacencia
y nadar en él, en ti, sin la agonía de pensar que cotidianamente a lo lejos solo veo;
por eso quiero que me dejes olvidar por un segundo que ya nada más poseo
y le des una oportunidad a esta ansía que se mueve sin paciencia.
Que me dejes ir detrás de ti para abrazarte, y que al final no opongas resistencia
porque un abrazo tuyo no solo me calma el frío, también me calma los deseos.

 

Abrazos sedantes que nos traen la paz y la calma. Me ha gustado mucho como lo has escrito amigo Joan. Un abrazo. Paco.