Dos simples ejemplos...

Dos ejemplos quedaron gravados en mi subconsciente
que tomé consciencia a través del tiempo sin su compañía...
Es que me faltó cuando aún no sabía bien lo que quería,
ni lo que sentía por el mundo todo que me absorbía en su acontecer.
Nunca me lo dijo, pero fue su ejemplo que dejó en mi vida
corriendo en la venas, tatuados en la piel,
esos sentimientos que por ser tan simples
no percibí de inmediato cuanto importaban para bien vivir.
Es que mi viejo sin decirme nada me decía todo
lo que precisaba, tener para dar, en el corazón.
Nunca me lo dijo... me lo hizo sentir !
Se fue hacia algún cielo en mi juventud...!
Con el paso de los años supe que llevaba dentro de mí
lo mejor de él... que me legó al partir
"Somos todos iguales, y es para amar que estamos aquí"

 

Me gusta mucho tu estilo, Martín, hay como un clima de melodía del alma, como si escribieses un tango del corazón, de filosofía de vida, de experiencia y de valor brindado a la buena siembra que se lleva con orgullo.
Fue muy placentero leerte.
Un abrazo.

 

¡Que hermoso y sabio colofón!.
El amor y la muerte son las dos cosas más seguras para cualquier ser humano. La muerte hay que rehuirla el amor buscarlo y rebuscarlo.
Me ha gustado tu poema amigo Martin José.
Un abrazo cordial.
Jazmín

 

Gracias por tus halagos Cecy. Se me da que lees con el corazón.
Si mencionas el Tango presumo que lo sentís... yo también. Acá en Búzios (Brasil) donde vivo hace varios años -es como una colonia Argentina- en un Restaurante "San Telmo" donde se hacen Peñas tangueras semanales me atrevo a bailarlo y cantar algún tango que compongo. Te voy a regalar uno arrabalero y lunfa (espero Lo entiendas y te guste): El METEJÓN
Estoy rumbeando pal'disco
De mi vida trasnochada
Y aún te llevo agarrada
Como un abrojo al gabán

De pendejo ya te junaba
Pispireta de mi barrio
Ilusión de la patota
De gomias del trocen

Me arrastré toda la vida
Tras tus pasos de bacana
No había vento pa'bancarte
Eras harina de otro costal

Hoy gastado y sin barajas
Como un turro masoquista
Me alegro cuando te veo
Pasear con algún chabón

No sabrás nunca percanta
Las cuitas de este gabión
Que cargó por tantos años
El bagayo de un metejón

Besote

 

Gracias Maramin por tu grato comentario y visita.
Un afectuoso saludo

 

Yo de chiquita, por mis papás, me crié escuchando tango, lo canto de manera aficionada, no en público, me gusta mucho, pero no lo sé bailar.
Te agradezco infinitamente que me compartieras tu tango, y en cuanto a leer con el corazón, no concibo otra manera de hacerlo. Es la única forma de vivir la poesía





Y un abrazo.