Nunca bajes los brazos

Este escrito está dedicado a los alumnos del bachillerato en donde laboro y quienes egresan. Debo admitir que está fuertemente influenciado por la filosofía de José Mujica, gran perseguidor de la felicidad y la vida sin banalidades.


El día de hoy, cierras un capítulo. Uno de tantos que habrán de venir. Llegaste aquí, a esta institución como un adolescente y hoy, hoy te marchas como un nuevo ciudadano.

Joven que hoy egresas de este bachillerato, siéntete orgulloso de este día, no olvides los rostros de ilusión de tus padres al ver cumplido, un objetivo que se trazaron hace 3 años, al igual que cuando fuiste a la secundaria o primaria.

Es menester de vos, joven, hacer también un poco de memoria, para aprender como es que llegaste a este punto en tu vida. En cada peso que se invirtió en tu educación estos 3 años, se encuentra no el dinero, sino el tiempo de vida que se gastó para obtener ese dinero. Nada hay peor que gastar el tiempo en algo que no te haga feliz, que te haga perder libertad. Por tanto, si vas a atesorar algo, que sean buenos amigos y la cercanía de la familia, no dinero, porque podrás ir por la vida haciendo amigos y más grande la familia, pero no podrás ir al mercado a comprar vida.

Atrás dejas cosas, momentos, recuerdos. Atrás dejas lugares, compañeros y amistades que ya no verás o, que dejaras de frecuentar.

Se liviano de equipaje, pero cargado de principios, valores y objetivos. Te servirá para enfrentarte con ligereza a los obstáculos y con entereza a las adversidades. Despreocúpate del final, porque en esta vida no hay final, solo hay camino. A partir de ahora, tienes la oportunidad de ser autor del propio camino de tu vida.

Te vas a encontrar con mil y un tropiezos en cada uno de los diferentes aspectos de la vida misma. Pero una y mil veces podrás levantar. No es pecado caer, sino, dejar de empezar de nuevo.

Si utilizas la oportunidad que se te ha brindado, de estar vivo. Vive a tope. Al máximo. Pero no en excesos, es más que probado, que aquel que comparte es más feliz que, el que recibe. Por más pobre que te puedas llegar a sentir, siempre tendrás algo que compartir.

Tu eres el autor del camino de tu propia vida. Asegúrate de equivocarte lo suficiente para aprender lo necesario. No aprendes con lo que viven los demás sino, con lo que tu mismo experimentas. Tendrás muchos profesores a lo largo de tu vida, pero tendrás 2 maestros en tu existencia que te harán aprender las lecciones más duras, pero las mas certeras. Un estómago con hambre y un bolsillo vacío, te harán reflexionar y disfrutar, cada esfuerzo que han hecho y que siguen haciendo tus padres.

Pero nunca, nunca bajes los brazos. Se libre. Ser libre es tan sencillo como hacer aquello que te hace ser feliz, con el tiempo de vida que posees.

No nos despedimos. Pues nos veremos seguramente más adelante, mientras Dios nos preste vida. Se un buen reflejo no de lo que te enseñamos, sino de lo que aprendiste para desenvolverte en la sociedad.

Como último, me remonto a una frase que te dejo como consejo:

“Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites”

Pero nunca, nunca bajes los brazos.

 

Son muy sentidas las palabras, tienen hambre de amor, eco de voluntades, camino de dificultades. Felicitaciones.

 

A pesar que llevo 6 meses con ellos... ganaron mi corazón...
Gracias por tus palabras...