Purgatorio

Claustros de silencio,


remembranzas angustiosas


sobre letargos umbríos.




Abro el foso que hospedará mi ataúd


en el orfeón de cruces huérfanas.




Amargas constelaciones septentrionales


tiemblan en famélicos despliegues


de amarguras teñidas de eternidad.




La luna unge mi cadáver,


lo purifica del limo encallecido


de tanto tiempo fermentado


en la piel enmascarada de hipocresía.




Réquiems fétidos


fraguados de rencores perentorios


tejen la aspereza de mi mortaja


y acunan el insomnio de mi sepulcro.




Nada queda por recordar


en este valle pavimentado de penumbras


donde el garfio del viento indemne


hacer tremolar los jirones de mi alma


en un purgatorio de columnas heladas


donde el tiempo se petrifica en un grito.


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Bellas imágenes decoran tu sentir hasta el poema. Me ha encantado. Saludos cordiales.

 

Muchas gracias Nancy por leer mi trabajo y apreciarlo. Te mando un gran abrazo.