La montaña

Y nos embarcamos para desmontar la montaña.

La brisa tiene una miel que se pega a tus labios,
La circunda, lentamente
como una pasión de sacrificio.

El aire está desatado
como si ante su poesía rasgara un gemido universal,
desnudándote
y arrastrándote como un premio de sueño
de sudor varonil
de vino estacionado en las mejillas.

De tu cuerpo
de tus exteriores,
la tierra calienta tu vientre
orbita con ella/
Desempolvados tus senos
la alegría atiza la sombra
que, inevitablemente
se hace tu amante.

Yo solo extiendo el pergamino
por donde discurres desnuda
como una luz en la ceguera vencida.

El acecho final se hace con una lumbre en los ojos

Detrás de la montaña
Solo hay un pacto salvaje...

 

Entre paseos y ontañas...jajaja. Saludos Marquelo, buen poema nos dejas.

 

Gracias Antares. Siga paseando jeje
Saludos.

 

¡Hermosura de poema.!
Saludos.
Jazmín

 

Gracias jazmín. Muy amable.

 

Hermoso amigo Marquelo. Siempre es un placer pasar por tu espacio poético.
Un fuerte abrazo.

 

Gracias Halcón. Muy amable. Feliz año.