Manos y apretón (al hilo de un poema de Musador)

Las manos, frente al verso solidario
se abrazan olvidando la rencilla,
después de aquel rejón, mi banderilla,
fragor fue de un incendio involuntario.
Un verbo cruel que no uso de ordinario
en la ira cual navaja que acuchilla,
pedir perdón pretendo, pues me humilla
sentirme inconsecuente, estrafalario.
Mi izquierda siempre fue la mano ardiente
que acuna al vencedor y al que ha vencido,
la ofrezco natural, honrada y libre.
Cordial es este abrazo y suficiente;
sincero en su humildad reconocido
cerrando el triste asunto y se equilibre.

PepeSori
SafeCreative
febrero 2019

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Por mí, Pepe, asunto cerrado, aunque queden algunos frutos públicos de tu furia: un poco de humildad no me sentará mal, a mí tampoco. Te agradezco que hayamos podido encontrar el camino de la conciliación por nuestros medios.

un abrazo
Jorge

 

Gracias por tu comprensión, cierto que la exposición pública del asunto no es agradable, pero también, público ha sido nuestro entendimiento.
Recibe otro abrazo
Pepe

 

Ahora que el funesto entuerto encontró la paz
¡hablemos del milenarismo!...¡¡¡Cojones yá!!!
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...Vamos palante...​