Apariencias

Y si tus manos no hubiesen sido
tan cálidas
esa noche de estigmas
mi nombre habría conservado
sus costas

Y el cielo se habría vestido
de todas aquellas caricias
que llevan tu nombre

y ninguna palabra
habría congelado mi boca
en el segundo
más obcecado de corrientes

y nada se hubiera arruinado
con esa rotunda benevolencia
que surge en la sangre del amor

Si tus manos no
hubiesen teñido ese color
a mañana fresca
bordeándolas los dedos
como flores de cerezo
abriéndose
como ocasos en verano


Mestizando las alabanzas
que llegan a tus mejillas
simulando el odio casi obsceno
que le hacemos con un guiño a la pasión


Nada de esto sería así
Ni ese frío tú
ni mi pálido yo
lisiado de ayeres

cortejando cenizas
en la gruta del silencio
antes del beso nuestro



Y lo oíste
tan claro y alto
de mis cúmulos de voz
que te llovían
como un febrero doliente

Ahuyentando el mineral
de cada lagrima al escuchar
como la lluvia golpeaba
el techo de nuestra abundancia

Si tus ojos de mándala y miel
no hubiesen tenido
ese aroma a seguridad
en cada milímetro del pecho
como un perfecto espérame
tallado en los latidos

Cantaría en la huida el triunfo…
Pero sigo aquí prisionera de tu verso
que me habla con su voz destemplada.
Ya sé



Estaría ya muy lejos
de esta neblina de deseo
agazapada
en esta marea ondulante
de mis cabellos avejentados
con sueños deslucidos


Gobernado a media mis deseos
queriendo huir a tu huerto
y empaparme de dicha, aunque
muriera en esto

Pero tus labios
tenían esa inscripción
de la vida eterna
entre comisuras
Ese sabor a miedo
en el aire de tu aliento

aquella melancolía de flor inerte
que te deja sin aliento a pesar de
los vientos que la remecen

Todo tú.
Aún me das miedo
Tanto
Que a veces
siento que no podría despegarme
de esos tiernos parpados
que encierran
la sombra de un día oscuro
y su prófugo secreto
por hacer
que la vida amanezca


Y converjo en un panal de oscuridad
Dulce, estremecida con la seguridad de tus labios
inserta como un abanico de horas en el calendario


Porque corro siempre a tomar
la góndola más cercana a tu alma
en cada esquina
y vértice interceptado de sangre
y vertiginosa piel
entre tu impávido cuerpo

Besarte y desparecer

Como morir solo en un respiro

agazapada al imperio de tu sonrisa
casi moribunda sin freno para esquivar
tus manos que se ahogan en mi pecho


Y alzar.

Alzarse
volar; cómo decir,
repetir obstinada y narcotizante mente
que si una mirada tuya
de almendro y hiel edulcorada
puede
arrastrarme
hacia tu interior inacabado

Estaría siempre buscando tus pasos
en el entorno astilloso
de mi puerta

Así que tócame.

Aún si duele
Aún si lloro fragmentos de corazón
en el instante que me beses
que nada de esto podría evitar
a pesar de mí
y a pesar de ti.


V.P./La piedra Insular

 

Inpactante dueto Cris, muy buen acople, exselentes versos de amor, armoniosos, son de esos que se quedan en el corazón y dan ganas de re leer una y otra vez.
Aplausos y felicidades por tan bella entrega.
Abrazotes con cariño insular.

 

Gracias por tu amable comentario

 

Un poquito extenso... pero real, profundo y contundente... mostrando la capacidad creativa
de quien escribe... Me encantó... Mis saludos más cordiales. Piedra Insular...
Cordialmente:

 

es cierto muy extenso