19.00.- Inocencia

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He abierto un hueco notable en la herida.
Mentiría al creer recuperarme
aunque tu recuerdo pueda sanarme,
siempre tendré la mirada perdida.

Habrán ocasiones en que la vida
me reclame sin aún perdonarme,
porque rebusco a solas consolarme
en este laberinto sin salida.

Todavía me exijo un simple indulto,
para ver caer a la primavera
lejanamente, sobre aquel oculto

pensamiento, vivirá hasta que muera
el amor que fue un insensato insulto
en los sueños de una quinceañera.



María Anné
A L​

 

Profundo y emotivo el destilar de tus versos bella amiga...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Hermoso y profundo poema de recuerdos de una chica quinceañera.
Un gusto pasar, saludos
Azalea.

 

!Qué hermoso soneto! Su cadencia me lleva a esos años, donde sentimos que el amor nos consume hasta vaciarnos. Un abrazo.

 

laberintos que la mente vuelve a transitar, a veces una herida que no se ha cerrado puede provocar un sinvivir en quién asume la opción de aferrarse a ese recuerdo. El apego lleva al sufrimiento, espero que tu alma encuentre paz. Placer leerte. un Abrazo

 

A veces pretendemos curarnos las heridas con un destornillador, el que se hunde más profundo en nuestra débil carne.

 

Hermoso poema versos que evocan imágenes de entrañables momentos.
Un placer leerte amiga.
Un abrazo fraterno poeta.

 

Gracias Nancy siempre agradezco tus gratas visitas


Saludos guapa

 

La inocencia de una quinceañera que abraza ese ayer,
de aquél amor se descubre en este hermoso soneto, que
como siempre, es hermoso y me ha gustado mucho.
Un placer leerte y dejarte mis felicitaciones y un abrazo.

 

Muy emotivo es tu poema María Anné, como solo tu sabes hacerlo expones tus razonables argumentos para hacer poesía.
Mis saludinesss te sonríen, felices horas donde quiera que estés.

 

Hermosa melancolía, perdón por la sinceridad, pero tu trabajo aunque nos descifre tu angustia, lleva unos pétalos tan hermosos, que logran sobrevivir bajo la lluvia. A veces el tajo del recuerdo es tan nefasto que no nos deja en paz, pero tarde o temprano, se logra convivir con ellos. Un agrado leer tu sentir en la poesía. Te saluda, Drümz.

 

Amores que perduran para siempre querida amiga. Que jamás se olvidan porque pasaron a formar parte de nuestras vidas.
Siempre es un placer Marianne.
Un eterno abrazo.