A Compostela

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[...]
Oíd, que ya es muy vaga,
que ya es muy dulce, que se va y se apaga;
dejando entre las verdes soledades
¡saudades, y saudades, y saudades!

Sinfonía gallega
Manuel Machado

I​

Mística quietud
(Peregrinar)

Con mística quietud en el repecho
un manto misterioso de verdura
va creciendo en constante mojadura
con el musgo, la hiedra y el helecho.

Peregrino, de siempre, insatisfecho
paso a paso en canchal y piedra dura,
con sueños de lejana arquitectura
que lleva en los pespuntes de su pecho.

Pero al fin en la última colina,
en los humildes henos se reclina
acallando la fiebre que lo abruma;

es tiempo descansado, y agradece
la llegada, pues tocarlas ya parece
las Torres de Santiago entre la bruma.

II
Íntima
(Compostela)

Andar entre su calle y su plazuela
es todo intimidad hora tras hora,
tal vez la pulsación dulce y sonora,
matiz de la zanfoña o la vihuela.

Quizás en el principio de una estela
delgada haya una gaita añoradora
que suene en los confines de la aurora
y haga amanecer en Compostela.

Llegar al Obradoiro y reclinarse
pudiera ser lo mismo que asombrarse
y absorto estar fundido con la Historia;

o bien el transportarse algún milenio
entrar en la explosión de luz e ingenio
del Pórtico llamado de La Gloria.​

 

Preciosidad de homenaje al peregrino yendo a Santiago.

Saludos

 

Muchas gracias, querido compañero, por este nuevo acercarte a mis letras y dejar esta amable huella.
Saludos cordiales, con afecto.
Salva.

 

Mil y mil gracias, querido maestro por acercarte de nuevo a mis escritos y dejar tu amable comentario. Celebro que hayan resultado ser de tu agrado.
Desde la admiración, un fuerte y fraterno abrazo.
Salva.

 

Un canto a la vida, Salvador. Qué placer leerte. Nos haces conocer cada sitio de tu añoranza y lo busco en imágenes. Gracias por el estímulo.
Un fortísimo abrazo.

 

Celebro, querido Ángel, que te hayan resultado evocadoras estas letras mías dedicada a una de la peregrinaciones cristianas más importantes.
Un grandísimo abrazo pleno de afectos.
Salva.

 

Hola Salvador, revivo esa legendaria caminata del Peregrino en tus maravillosas letras. He leído a Paulo Coelo ¡El Peregrino! y me remite a un
camino interno.- Un abrazo grande Salvador. Esas son las letras que elevan al foro.

 

Muchas gracias, querida Catia, por acudir y dejar tu amable huella en este tema que, efectivamente, quiso plasmar las últimas etapas del Camino de Santiago. Mil gracias, de nuevo, amiga mía.
Con todo afecto, un fraterno abrazo.
Salva.

 

Yo también fui peregrino, en el año 98, en bici y acompañado de mi mujer, y viví unas enriquecedoras experiencias. Excelentes tus dos sonetos. Un abrazo maestro con todo mi afecto.
Miguel.

 

Mil gracias, querido Miguel, por este acudir a mis letras dejando tu amable huella en este tema que salió del sentimiento profundo. Celebro que haya sido evocador para ti.
Un fuerte y afectuoso abrazo.
Salva.