Corren por el Parque todas mis edades.

Corren por el Parque todas mis edades,
árboles que guardan en viejas heridas
de párvulos sueños, huellas adheridas.
¿Cómo pude herirlos con trivialidades?

Otros guardan vuelos de mis libertades,
lo saben sus ramas de plumas vestidas,
lo saben sus hojas de tiempo vencidas
que guardan los verdes de mis mocedades.

Hoy que ya camino serena y pausada,
busco entre los ficus aquella figura
que por semejanza me otorgue consuelo.


Bajo un viejo ficus encontré mi hechura.
Con los pies en tierra, con la mente en vuelo
y un perpetuo anhelo de alma enamorada,​

 

He leído con mucha atención tu soneto. El tipo de verso me gusta. Me vas a decir que siempre estoy en pie de guerra, querida libélula, pero en los tercetos hay una oración que entre yuxtapuestas y subordinadas se manda cinco versos nada menos, aunque, eso sí, como lo que cuenta es que vas de árbol en árbol en busca de consuelo, da la impresión de que la búsqueda es muy prolija. Seguro que en el recitado queda súper bien. Y luego, terminas con un verso-frase corta. Yo no me puedo dedicar a la rapsodia porque soy asmático y lo hago fatal, así que no recito nunca. Me encantó pasar por tu espacio. Luis

 

¡Hola Luis!, buenos días; ante nada gracias por leerme con atención, y por ser el primero en comentarme, todo un lujo teniendo en cuenta tu prestigio en este foro y fuera de él. Lo de "en pie de guerra", nada nuevo, pasa hasta en las mejores familias, así que me lo tomo como algo entrañable, por los años que andamos conociéndonos en este Mundo por el que transitamos. Te agradezco lo que me dices y lo revisaré para ver que puedo hacer por mejorarlo.
El mar es el que se lleva todos mis poemas, pero ahora, en mis caminatas diarias, estoy descubriendo el placer de lo que siempre estuvo ahí, desde mi infancia y que apenas percibía. En esta pequeña y tranquila ciudad nuestra, el parque García Sanabria es el Pulmón de la misma, y el que nos hayan dejado este vergel en pleno centro, en aquellos tiempos en que lo ecológico no era un propósito, es en parte, un milagro. Está tan cerca de casa que se puede decir que hemos vivimos en él, entre el parque y la rambla que desde niña recorro, viven los árboles. Los flamboyanes están tan bellos este año, tan sanos. Pero a mi, que me encanta la fotografía, me atraen de los Ficus, sus extrañas raíces y sus troncos, su impresionante altura, todo en ellos es espectacular...El rincón de los viejos ficus, junto a la fuente, es mi preferido ahora, es mágico, como lo es el rincón de los estanques de nenúfares. Bueno, que en este tiempo de mi vida descubro que hay en los árboles, en su esencia, en sus formas, mucho de cada uno de nosotros, de todo aquél, que lo quiera ver, claro; quizás por eso los incendios, provocados, me parecen criminales.
Gracias por tu tiempo, Luis. Un abrazo.
Isabel



el duende del árbol

 

Apreciado Angel, debo agradecerte tu huella en este espacio, y tus generosas palabras que siempre son un estímulo para mi, como también tu tiempo.
Gracias de veras Ángel.
Saludos cordiales.
Isabel

 

Con voz calma y siempre delicada trasmites tu experiencia. Un beso, Isabel.

 

Es muy difícil sustraerse a la reflexión sintáctica de la poesía. Es muy difícil expresar una poética de los sencillos momentos sublimes a través de una sintaxis compleja. Creo que ahí tiene que haber una correlación. La emoción sería el correlato de la sencillez luminosa de la sintaxis. Como yo no voy de ese palo, porque lo que me gusta es hacer reír, no te puedo hablar por experiencia propia, sino por lo que veo, por lo que leo, en los poetas que transmiten emociones valiéndose de los elementos de la naturaleza. Solo como espectador. Un saludo. Luis

 

Gracias Luis, si, es difícil, meter todo eso que nos emociona en un relato de catorce versos, no cabe duda.
Saludos.
Isabel

 

Mi apreciado compañero, tú si que destilas esa delicadeza que resulta tan acogedora. Gracias por eso.
Un beso,Poeta.
Isabel

 

Qué hermoso lo que me dices Tulio, la hamadriade, y su árbol, un bello ejemplo.
Hemos padecido un terrible incendio en una de nuestras islas, nos pasa a menudo, es muy triste ver esos espacios vacíos, calcinados, la presencia invisible de los árboles duele, conmueve. Ver quemarse el Amazonia sin que nadie mueva un dedo es apocalíptico.
El placer de estar rodeados de tanta vida, cada día, ya es un privilegio, me siento afortunada.
Gracias por tu presencia, Poeta.
Un abrazo.
Isabel

 

Mi querida Eva, que gusto da compartir espacio con alguien que pasee con nosotros, que se meta de lleno en el corazón del poema. Asi eres tú, Eva, gracias por eso.
Un abrazo fuerte, amiga mía.
Isabel

 

Que bueno lo que me cuentas, pasear por el monte entre eucaliptos, aquí también los tenemos en los montes, si, somos esos niños de ayer, no te quepa duda,la mirada de hoy es quizás mas consciente de todo eso que aún tenemos la suerte de disfrutar. Me vienen a la memoria los versos de Juan Ramon Jimenez, "El vieje definitivo" …

Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco...

Ojala nuestro legado perdure por mucho tiempo más.
Gracias por tu lectura y tu amable mensaje. Que tu paseos te sigan brindando esa felicidad que nos da la naturaleza y los recuerdos.
Isabel