País del ajo.

Había pelado un ajo
para devorar su olor y aliento,
así qué,
le dí un mordisquito, sin compañía.

Y el brebaje eterno funcionó
ardiendo mis cuerdas vocales
por precipicios infernales.

Buscando renacer
en la Naturaleza,
su corriente de agua bendita
apaciguara tales ardores,
encaminé su aliento
al beso de una noche estéril,
...la hora de un eclipse y mora.

En un descorche de botella
arrojé al mar mi ser luminoso
y las cadenas que de mí, se ataban .

Apaciguando, nublado,aturdido y beodo
una sirena,
con la sonrisa de oreja a oreja.

Y el mensaje inacabado
frunciendo el ceño
de un mar inexplorado
sumergiese al fondo
como una culebrina sedienta de agua
entre sus aleteos y eses.

Hondo, tal peso corpóreo
su grácil silueta,
amable ella,
díjome al oído:
Corales rosas te esperan,
entre el azul inmenso
y muerto seas en tu cadaver
por qué todo ese amor és tuyo.

 

Original y bien construido este poema de la sirena amante. La verdad es que me ha hecho sonreír. Un saludo.

 

Si un ajo produce un poema así pues cambio de comida...
Abrazos sin limite desde mi mundo líquido,

 

Dulce, sensible y original querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy

 

Gracias y muchas Penabad57. Un saludo también para ti.

 

Qué bueno, jajaja Guadalupe. El ajo tiene muchos poderes, hasta antibiótico, a mi me encanta con las migas, hasta crudo, pero con mesura. Un fuerte abrazo poeta.

 

Muchas gracias Darkness, siempre un placer tu presencia, con todo mi cariño te abrazo.