Hermana de patria

Hermana de patria ¿tú me dices?
Te veo retratada en las montañas
con luto en el rocío
y una dosis de litio hiriéndome el tormento

ardido,
decadente
rubio moreno trigueño luto
litros de vena
y vena
y vena espesa

Hermana de matria, estrellas,
tu risa de maíz,
doce dedos dibujados
en el pelo piel

Mismo sol
hermana de patria-matria
-el sol agostando los espinos-
luna, la calima veraniega

y tú diciéndome
y yo corazón de pelota
escuchando canciones del Serrat,
Enya.
transitando horizontalmente los caminos de esta vuelta.

Hermana de matria, patria
¿tú viste?
¡Qué infinitesimales somos
en este poliverso tan...!

Febrero y litio, 2020. César viejas canciones.​

 

Universo.
Unicejo.
Sin depilarnos el entrecejo.
Porque así es más bruto.
Pero también, más divertido.
Porque es como un bigote, bajo la frente.
Y no bajo la nariz.





Bruto, pero divertido.

 

Más nada, mi compa... tal cual. Muchísimas gracias por venir.

PD: El bigote va donde uno quiera, ¿verdad? Hasta en una mejilla, o en el brazo.

 

Es un poema hermoso y profundo, tiene un contenido espiritual y filosófico que no pasa desapercibido ante los ojos del lector. Pocas veces se hallan temas que invitan a reflexionar. El mundo está dividido en etnias, pero creo que ya es tiempo de entender que la hermandad no es de cuerpos ni de límites geográficos o de genes, sino de espíritu.
La mención de Serrat y Enya, un acierto.
Me agradó mucho leerte, saludos.

 

Cecy, hola. Tienes completa razón, la hermandad es de conciencia, de ver que somos apenas minúsculos puntitos, granitos vulnerables, en un mundo que a su vez es también un minúsculo puntito (con todo y nosotrxs a bordo) en una congregación cósmica enorme, descomunal. Uno no se explica cómo puede haber gente que atenta contra la otra gente y en general, contra la vida.

Muchas gracias por haber venido y por todo lo que me dices. En el fondo no somos tan desconocidos como nos pensamos. Apenas hermanxs viajando juntxs quién sabe hacia donde.