Eliminado por el autor.

Eliminado por el autor.

 

¿Lo dudaste?
¿Dudaste que fuéramos los terriblemente malvados?
Somos virus con piernas y manos.
Nos contagiamos y pegamos.
Humanos al fin y al cabo.

La naturaleza nos perdona y mantiene vivos.
Somos insignificantes seres extraordinarios.
Así lo creo.
Podemos aprender.

No todos,pero quiero creerlo.
Un beso.

 

No, que va. Jamás lo dudé. Y es tan terrible la certeza de saberte tan, así de humano al fin y al cabo. Pero lanzo la reflexión al viento, procurando hacerlo con palabras bellas. Para todos esos que se esconden tras la duda, entre el sí soy, y el no soy malo. Yo también quiero creer. Necesito creer.
Porque si pierdo lo que me va quedando de fe en esta especie de especie, tendré que irme a esconder en una cueva perdida en la jungla. Y sospecho que pierdo mucho en taparrabos.

Buenos días y besos varios, en esta mañana hermosa, a pesar de todo.

 

Yo disfruto del silencio de mis madrugadas.
Todos duermen.
Me siento en el suelo de mi pequeño balcón enroscada en una vieja chaqueta perteneciente a mi abuela y disfruto de todos vosotros.
Mientras no llueva....
Voy a por un café,
Espera.

 

Los silencios de la madrugada tienen un algo especial. Todos duermen y me gusta sentir esa sensación de que yo cuido y vigilo el sueño de los demás...

Para mí el café, solo y doble.
Sí, así es como me gusta

 

Así que me esperabas....
complicado dormir sin haber quemado energías.
Necesito escribir.
Por lo tanto,no me curé todavía.
¿Con ó sin azúcar?
Toma,
prueba del mío.
Quizás te pegue el bicho.
Es el mejor momento del largo día.
El silencio y toda ésta compañía de letras.

 

Sí, te esperaba...
Yo sí trabajé, y se hizo largo el día. Otro día de intentar darle a la gente un pequeño agujero por el que escapar un poco de tanto miedo. Estoy cansado, pero no puedo dormir.
Al final la piel me cala.
Con un poquito de azúcar, gracias. Pero que no le haga perder el ligero amargor.
Bebería tu café. Te suspiraría al oído. Y por supuesto, que me detengan si quieren evitar que no me salte la restricción de distancia.
Claro, que te esperaba...

 

¿Me esperabas para dejarme sin palabras?

Tú y yo nos conocemos de otra vida.
Soy muy dada a saltarme las distancias de seguridad y a estrellarme.
Una suicida de las letras.
Un desastre.

 

Tú y yo nos hemos ido saltando distancias de seguridad, y estrellándonos y siendo cada uno su desastre hasta volvernos a encontrar también en ésta otra...
Por cierto. Te envié el tema de Beethoven, porque me pedías silencio. Porque no podía dejarte sin que supieras que, aunque guardaría silencio, seguía estando ahí...