Con miel y con aceite

Con miel y con aceite

Me levanto,

el tiempo cumple su misión de futuro,

aún quedan gotas mías en la almohada,

llueve.


Por el pasillo que me conduce a la cocina

he creído ver reflejos tuyos,

paso mi mano por esa piel amarilla

en donde sé que crecen girasoles blancos.


La persiana caída del salón,

como los mismos días,

ha suspirado un poco cuando la he subido,

es lógico en ella, la pobre está sola,

nadie tras la noche le concede un beso.


Los libros acumulados frente a la entrada

hablaron muchas veces a mis labios,

pongo mis dedos en sus desgastadas hojas

tomo nota del día en que nacieron,

en esa lectura, libre y atrapado

doy cuenta a sorbos, largos

parecidos a golpes, suaves

de un mar sobre unas rocas,

de un café con leche,

que habla por si sólo

y una rebanada de pan

con miel y con aceite.​

 

Estimado amigo, nunca he probado el pan con miel y aciete, ¿existen girasloes blancos? me impacta este poema, lleno de ternura y nostalgia. Y me encanta el café con leche, así lo tome sin azucar.

Besitos de miel con limón

 

Los girasoles blancos son aquellos que nacieron de la luz y de las nubes.
El aceite con miel está buenísimo, eso sí aceite virgen extra de oliva. Besos y muchas gracias por ser.

 

WOW! nunca se me había ocurrido esa idea y esa posibilidad...me deja pensando...a y Gilso, está creciendo ya abrió sus ojitos son verdes, imaginese como jades. Sus alitas todavía no las mueve. Pero cuando me miró me enamore de su ternura, los abrió anoche. Va a necesitar más limónes, hay me avisa si le puede enviar unos porque el arbolito todavío no da muchos y come de más...