El triunfo

Silencio sin oídos
que cargas muy dentro,
en ese lugar donde nadie más llega:
El submundo de tu mente.

Crujido del árbol
en sus bordes rugosos de madera,
cortados necesariamente
para salvar la vida
y cocinar la comida.

En medio de la bruma,
silbando sin preocupación
entre el humo residual de la cabaña
atizando para resguardarte del frío,
un día más, es un triunfo.

Sobrevivir en el destierro
es el arte que nadie persibe,
una virtud oculta,
un triunfo que nadie aplaude,
pero aunque nadie lo sepa,
es un triunfo.

 

Estimada poeta, cada día que me despierto y puedo respirar para mí es un triunfo. Muchas gracias por dejar tan bello poema.
Mis respetos desde un paraguas amarillo convertido en estrella.

 

Un buen escrito, Oona. Cada paso una huella, cada día un triunfo. Me ha gustado pasar por tus letras.
Te dejo un caluroso saludo y el deseo que tengas un Nuevo Año lleno de salud y bendiciones.
Dios contigo. Un abrazo.