Las bodas de Caná

La Biblia cuenta un relato,

que siendo Jesús infante

y habiendo boda importante

tuvo que asistir un rato.

Por no parecer ingrato

cuando el vino escaseaba

y la gente protestaba

su padre le conminó,

de esta manera le habló:

¡Jesús, deja ya a esa pava!



Si no es para ti una lata

sálvale el culo al padrino

y convierte el agua en vino

que la gente está que mata.

La historia así lo relata.

Ante tamaña insistencia

y ausencia de competencia

ya no tuvo más opción

que dejar la diversión

y enfrentarse con la ciencia.



Se aproxima a una bañera

y con simple imposición

hizo la transmutación

de lo que antaño uva era.

No se paraba siquiera,

recipiente que tocaba

en tintorro se trocaba,

así cualquier invitado

hasta extremo entusiasmado

libaba del que encontraba.



La fiesta se prolongaba

y el alba estaba apuntando,

pero seguían tragando

todo el vino que manaba.

Mas la boca se secaba

y tan sediento un borracho

que frente a tamaño empacho

dijo con una voz queda:

José, toma esta moneda,

pero llévate al muchacho.

 

Ya estaba grandecito, con super poderes y con apóstoles para ese carrete. Como menor hubiese sido explotado para el expendio de bebidas alcohólicas por lo que hubiese arruinado al mismísimo Capone.
Un saludo, José.

 

Muchas gracias por tu comentario. En aquella época no se la cogían con papel de fumar como ahora.
Un abrazo.

 

Muchas gracias, estimado amigo Vicente. Tus palabras me estimulan. Te agradecería que me dijeras esos errores, aunque sean insignificantes, para seguir aprendiendo.
Un fuerte abrazo.

 

Te agradezco tu comentario, Maramin. Todos los días me tomo un par de mostos porque me gusta, si además me inspira, miel sobre hojuelas.
un abrazo.

 

Divertida la narración en verso.
Saludos cordiales.

 

Te agradezco tu comentario.
Un fuerte abrazo.

 

Jocosa argumentación del hecho bíblico estimado José.
Me ha gustado mucho aunque para algún religioso puritano pueda ser visto como un motivo más que suficiente para tu excomunión, ¡jajaja!
Saludo la genialidad de tu numen, amigo.
Un abrazo

 

Muchas gracias por tu comentario, amigo Manuel.
Bueno, no creo que los religiosos se molesten por un chiste sin malicia, los andaluces le sacamos punta a todo y nos reímos hasta de nosotros mismos.
Un fuerte abrazo.

 

Un placer leerte.
Saludos.

 

Muchas gracias. Ángel.
Un abrazo.