Naufragio-.

Me refugio en contemplaciones austeras:

una columna, un fragmento de espliego tardío,

una fórmula matemática que no entiendo,

un helecho que duerme anclado en mi memoria.

Me sumerjo en objetos, obsesiones, tareas del pasado:

finjo ya que la vida me importa, ante mis invitados, y

luego, en el interior del jardín, este se transforma en

simple decorado. No hay tal memoria, no existe

tal recuerdo, no estimo lo que digo que estimo, ya.

Ni tampoco odio lo que dejé atrás, ni percibo lo que

está sucediendo, si sucede. Como tras la pátina visual

de una lluvia que me cala hasta los huesos, me considero

triste y anodino, vulgar y caprichoso, y de todos estos

términos huecos, sólo me enamoro de insustanciales utopías.

Me veo sonreír tras la lluvia caladora. Y también llorar.

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Hay momentos de la vida que nos toca ser espectadores de nuestra propia decadencia. Saludos

 

Sí, gracias Meletea, saludos!!

 

Es duro este sentir, creo que también es muy propio de estos terribles momentos
que atravesamos, las letras son la mejor terapia para esos corazones donde se
hospeda la decepción y la melancolía, es muy difícil, pero hay que ser más fuerte
que ellas y vencerlas. Gracias por compartirlas en el foro. Besitos cariñosos que
se aprieten en tus mejillas.

 

Gracias Anamer, un saludo!!

 

La tristeza y la apatía incluso son sentimientos también muy nobles, gracias María y un abrazo!

 

Sí, así es, estimada amiga Rosmery, admito que siempre busco la terapia con finalidades poéticas, incluyendo unas cuantas metáforas que reflejen mi mundo interior lo más fidedignamente posible. Gracias y un enorme abrazo!!