Una mujer

Una mujer yace junto al mar.
Las olas bailan con sus manos,
las olas besan su cabello inánime y deshumanizado.

Una mujer, como una camisa harapienta de dolor,
flota cerca de las rocas,
se golpea el corazón.

La mañana está fría.

Una mujer ha muerto,
dice un periódico local y un policía sin ojos
pregunta a la gente si la vieron pasar.

Nadie tenía ojos.
El mundo ciego y sordo.
Nadie oyó el grito, ni el golpe seco.

Nadie respondía.
Nadie sabía.
Nadie nada vió.

¿Quién era ella?
¿Acaso existió?
¿Acaso alguna vez dijo algo?

El panadero no la recuerda.
El portero se encoge de hombros.
¿Quién era?

Una mujer muerta.
Una más. Una excusa.
Una culpa. Una huída.

Un por qué. Un quién.
"Dime" - dice el policia -
¿quién era esa mujer que ahora amo?

 

Vivimos en un mundo deshumanizado, Margarita. Tristemente es así. Tu poema lo refleja muy bien, el tono de crónica que le has dado me parece un acierto. Estupendo poema, con un final magnífico. Un beso.
PD Ya echaba de menos tus poemas.

 

Una mujer desconocida, como un enigmático final que perdón pero creo que me perdí en él. Aunque puede ser que la desconocida sea la mujer que cada hombre tiene a su lado. ¿Es eso correcto?


Un beso.

Eugenio

 

Muy buenas letras,
Me keda la incognita de Eugenio
Un placer star aki

 

Margarita...que historia la que has contado...es una historia que lamentablemente se repite día a día...un abrazo!

 

Gracias, Ramiro, he estado unos días con algunos problemas y no os he visitado, pero también yo echaba de menos leer poemas y visitar poetas. Por cierto, seguiré tu consejo seguiré con El Loco. Besos.

 

La desconocida es una mujer víctima de malos tratos, víctima de la soledad, la desconocida también es la literatura, la belleza, el amor que, al final, el policía que investiga, que pregunta encuentra para seguir buscando y preguntandose quién es y quién era esa mujer.

 

Espero que la explicación que le dí a Eugenio te sirva, gracias por tu visita. un abrazo

 

Así es, se repite, pero quizás se pueda evitar, nunca se sabe. Tendremos que ponernos los ojos y las orejas un beso y gracias por tu visita.

 

Muy bueno, Margarita y muy buen final.

Es un placer reencontrarme con tus letras.

Un besazo, paisana

 

Gracias Anita, ya nos vemos por esos lares que me comentas.