Y al diablo le contraté

Porque no me da la gana
pasar la vida como las hormigas
trabajando todo el día
sin poder ir a la cantina.

Que esta vida no se la disfruta
viviéndola a conciencia pura
y a tirar el cielo a la basura
para comer infierno por fritura.

Y al diablo le contraté
sin dudar a los cuarenta,
media vida de anarquía,
sin cláusula aparente de salida.

Me inyecté un tanto de energía
para no verme luego a la deriva,
mira esos peces caminar allá arriba,
se cansaron de existencia muy tranquila.

Hoy la luna no me esquiva
voy a mil por cien por la vida,
con mi alma saboreando mil colores
y en mi cuerpo coloreando mil sabores.

En este océano sólo hay flores,
y ya no recuerdo cómo se camina,
para aprender cada paso, otra vez
hay que seguir, ya vendrá otro día.

Disfrutar, la vida a toda prisa,
sin ocultar las miles de sonrisas
y transformar la "moral" que nos priva,
del sexo, el arte, el juego y la bebida.

 

¡Excelente! eso de comerse la vida a bocados. Me ha gustado mucho la fuerza con la que lo planteas.

Saludos,

Palmira

 

Estimada, muchas gracias por tomarse el tiempo de leer.

 

Muchas gracias por tomarse el gusto de leerlo, siempre es grato recibir sus opiniones...