Hace tiempo

Hace tiempo que nadie recorre las calles de mi piel que,
solitarias, esperan cada amanecer a aquellos transeúntes,
que son tus manos.
Hace tiempo que nadie habita los rincones de mis dedos que,
solitarios, esperan a ese huésped
que fue tu cuerpo.

Salto por el salón como una araña,
hurgando en tu cuello descuidado,
tejiendo la tela de un beso,
pero hace tiempo que vivimos
empujados por el huracán del caos
y del miedo a perder ese momento
arrebatado a los locos jóvenes
que iban a cambiar el mundo.
Tenemos miedo y estamos cansados,
por eso, quizás, ya no dormimos abrazados
en las playas desnudas de una luna de verano.

Y ahora, ¿dónde estamos?
llenos de invierno prematuro nos miramos
desde la misma orilla de ese universo
que no conseguimos cambiar
y esperamos a que el otro ser humano
nos diga algo, nos toque, nos empuje,
nos arrastre.
Y ese mismo rostro que nos observa,
espera lo mismo,
espera nuestra risa, nuestro aliento
de juventud eternamente transformada.

 

Estoy de acuerdo con estos versos, tejemos y nos tejen en besos y desastres hasta aventarnos hasta sepa dónde
disculpe poeta ando algo rebelde un poco hoy, mi respeto a sus letras en un abrazo fraterno,

 

Eres buena, pequeña, y lo sabes.

Perdona mi atrevimiento. Quise decir que tu poesía es buena, como una araña buscando tejer su mejor telaraña entre la cortina y la ventana abierta y mecida por el aire fresco del alba.

Saludos cordiales.

 

Cada ocaso va transformando la dermis de nuestros sentimientos. Conviene atemperar los sentidos
Te saludo con respeto

 

Está bien andar rebelde, amiga, siempre no sólo hoy. Un abrazo

 

La nostalgia recorre tus versos, Margarita. Es un poema bello y triste. Abrazos.

 

La vida nos enseña que no podemos cambiar el mundo. Un saludo. Gracias por tu comentario

 

Gracias, Evano, nada de perdona, a mi edad que me llamen "pequeña" es un elogio. Muchas gracias. Un abrazo

 

Pues fíjate que yo tengo 55. Parecen muchos pero son menos de los que tiene el señor Libra Luis jajajjajaja. (No te preocupes que ya mismo viene a quejarse que yo tengo más).

Fuera bromas, escribes bien. Un abrazo hasta ese León, en el cual estuve hasta hace poco.

 

Si, ciertamente conviene atemperar los sentidos. Gracias por tu comentario. Un abrazo