Me callo mi lamento.

Quiero llenar mi voz de pétalos y flores
caracola de luz, efluvios susurrantes
quiero ser de esas fuentes de cantos enervantes
que ensueñen a los niños, que calme a los señores.


Quiero migrar mi voz a espacios con albores
de dulces resonancias, lentejuelas sonantes
sonido de maderas y de piedras rodantes
unidas en conciertos de cantos soñadores.

Mas la voz se me apaga, cual luciérnaga oscila,
sus pulsos deslucidos irrumpen el silencio
que tiene paz de estrella con luz de firmamento.

Mejor cierro la boca, su luz ya no encandila,
a todos los mortales de oírme los licencio,
escucharé a otras voces, me callo mi lamento.

Luciana Laura Rubio Vega.​

 

Que nunca acabe el canto de tu voz y siga tu puño escribiendo bellos versos. Un gran abrazo, estimada Luciana.
Danilo.

 

Precioso soneto y que tu voz resuene en tu excelente pluma. Un abrazo muy cordial. Miguel

 

Danilo, que amable, muchas gracias por tus palabras que son muy amables. Un abrazo.

 

Miguel, muchas gracias por tu siempre amable y gentil comentario. Un abrazo.

 

Muy buenos tus alejandrinos, Luciana. Narran poco y simbolizan mucho. Me han gustado.

Un gran abrazo.

Gus

 

Precioso !!!
Saludos.

 

Gracias, Gus, me alegra que te haya gustado. Buenos días.

 

Sergio, muchas gracias por tu sugerencia, buscaré en la línea REVLON a ver que encuentro, ¿Maquillaje parra versos?, nunca he visto, pero es que no me ocupo mucho de los maquillajes. Muchas gracias por comentar, un beso.

 

Iguazú, gracias por tus generosas palabras. Un abrazo.