Señal de vida (soneto asonante).

Ya no sueño la casa, ni a mi madre.
Ni la muerte de mi hija, ya no me arde
como carne latiendo al desangrarse.
He quedado vacía en el transvase.

No me duele ya más nada y es de balde,
que yo quiera sentir, pues no me es dable.
¡Pero quiero sentir hasta que me harte,
amor, pasión, angustia, algún desgaste!

Mas tengo un equilibrio tan preciso,
que no lloro ni río, sólo existo,
igual que un vegetal viejo y cenizo.

Yo quisiera un vaivén… tal vez pequeño,
algún deslumbramiento, que aún veo,
una dulce canción ahora que aún oigo.​

 

Duro, muy duro soneto, Luciana. Dicen que el poeta es un gran fingidor, ojalá tu escrito sea impostura.

Si quieres, revisa el último verso.

Saludos.

 

Conmovedor, Luciana. Un placer pasar.
Saludos cordiales.

 

Muy bueno, con esa licencia de la asonancia, que hace a veces los poemas un tanto profundos, menos forzados. Mucha fuerza emotiva.

Un gusto de lectura.

Un gran abrazo.

Gus

 

Callejero60, gracias por pasar. Solo fue un momento de vacío del alma que pasó al escribir el soneto. Ya he corregido el último verso. Un beso.

 

Angelcésar, gracias por pasar por mis letras y dejar un amable pensamiento. Un beso.

 

Gus pampas, entrañable amigo, muchas gracias por tus amables palabras. Un beso.