Dulcemente.

Vuélvete, amor, encuéntrame desnuda,
mi lecho está con flores aromadas
y suenan en el ámbito tonadas
que dejaste en mi mente, no haya duda.

La espera me estremece, me demuda
y a veces de tu amor soy la alborada
y en otras voy de luna iluminada
y luego soy la sombra fresca y muda.

Te espero cuando el sol ya se ha mudado,
cuando en el firmamento los luceros
juegan rondas de brillo intermitente.

No tardes que mi amor está amparado
por un fuego latente que el dios Eros
aviva con sus velos dulcemente.​

 

¡Hermoso!

 

Gracias por ese comentario que me halaga, eres muy generoso, con poco dices mucho y me sobrepasa. Un abrazo.