En qué mundo has de nacer para que estés a salvo...

Creo que tanta violencia contra nosotras es ancestral, incluso con raíces religiosas, se nos atribuye el haber "tentado" al hombre, y desde ese mito en adelante, han surgido todas las atrocidades que aún persisten.
Yo colaboro con una ONG en la que asesoramos a mujeres para que aprendan a identificar a un manipulador antes de que sea tarde, pero lo poquito que podamos hacer, aunque es bueno, a veces se siente que es como una gota en el mar. Sin embargo es bueno ayudar en la medida de nuestras posibilidades.
Lo hago porque aunque tengo a mi lado un gran hombre, sí pude ver casos cercanos de maltrato y no soy indiferente al dolor.
Sí he sufrido, como muchas mujeres, acosos y agresiones vía web y aunque parece algo leve, de leve no tiene nada y eso también debe tenerse en cuenta.
Agradezco que hayas compartido unas palabras tan sensibles, tan reales, y que lo hayas hecho involucrándote desde tu corazón de mujer.
Un gran abrazo y mis deseos de que algún día este sea un mundo más sano para todos.

 

Sí, Isabel, sé de muchos casos, todos muy tristes.
Toparse con uno de estos personajes le puede pasar a cualquier mujer, más allá de su condición social o de cuan instruida sea.
Ellos las eligen, las estudian previamente, conocen sus sentimientos, sus vulnerabilidades y desde allí ingresan siendo literalmente encantadores. Son los más simpáticos, los que dicen lo que la víctima quiere escuchar, y cuando ya se ganaron su confianza, solo entonces sale a la luz su verdadera naturaleza dañina.
Desde los casos más leves que son los obsesivos acosadores, hasta los violentos extremos, todos siguen un mismo patrón y está más que comprobado que no cambian.
La mejor defensa es conocer su manera de operar, para así detectarlos y huir a tiempo.
Saben odiar, son vengativos, su lenguaje usual es la amenaza y siempre, absolutamente siempre niegan los hechos y ensucian a la víctima. Siempre la víctima tiene la culpa; ella “merece” lo que le hacen.
Y para no extenderme mucho más, vuelvo a agradecerte que hayas tocado este tema, y tengamos la esperanza de que algún día, de tanto concientizar a las personas, algo cambie para bien.

Un gran abrazo desde Buenos Aires.

 

Ay Isabel me llegan al alma estas letras tan inmensas donde el amor lleva nombre de mujer y es, ha sido, y por desgracia será, maltratado por seres sin conciencia, sin moral, seres a los que no se les puede llamar personas sino abominaciones. Mil besos preciosa amiga y luchemos por el amor que reside en el hombre, en la mujer y en el Universo, ayyy qué bonito es ser mujer y sentirse como tal a pesar de los pesares, de todos los pesares.....muááááaacksssss

 

Hay tantas formas de violencia, aún en el amor, que se van dejando pasar como sutiles, pero que en realidad y con el paso del tiempo, se desestiman, hasta que forman ese comienzo del alud-tristeza, convirtiéndose en la peor experiencia. Ojalá, la fuerza del amor propio fuera imponente y cortar oportunamente lo que NO deber ser; ojalá, los oídos fueran más atentos a la timidez con la que se acercan las almas en ese impulso de denuncia. Que el silencio se interrumpa en ese NO MÁS.

La apariencia social te ha silenciado
y haces del maquillaje todo un arte.
¡Cómo mata el amor cuando fracasa!
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Excelente el trazo de tu alma en este entrega querida Isabel. Cada renglón con la exacta realidad
Un abrazo con toda mi admiración
Camelia