Peter Pan con síndrome de vejez

De niño fui Peter Pan jugando a las escondidas
y treinta años después el Grinch con algunas sonrisas,
a mis diecisiete me besaron por primera vez
y veinte años después aún guardo su saliva.

A los diecinueve fui padrino de bautizo
y casi veinte años después....
Cristel es una mujer capaz de levantar a los muertos,
a los quince tuve mi primer amor
y el amor se la llevó con otro rumbo, muy lejos.

A los dieciocho me reclamaron no decir me gustas,
pero me levantaron la estima
con un beso en la mejilla,
a los veinte me hicieron adicto a la misa
y cuatro años después vino el sí en el altar.

Llevo dos sobrinos en cuentas
que son un par de regalos de la madre naturaleza,
un hijo en primero de la escuela
y una cuenta regresiva
para darle la bienvenida a la princesa imperial.

Peter Pan con síndrome de vejez
perdido en Sarchi, sin conocer Nunca Jamás,
Peter Pan sin Garfio y con canas en la piel
con un sueño cada tarde antes de irse a acostar.

Peter Pan a punto de la tercera edad
con varias historias a cuestas,
con sueños sin cumplir, con pesadillas presentes
Peter Pan con los ojos ausentes en la soledad.

Jefferson, Ariana, Fabricio, Amanda,
Peter Pan y su fobia a las ranas,
la tierra de Nunca Jamás extinguida hace años
y mil colones en la mano
para el desayuno de mañana.

 

¿Y no tienes a una campanita más veterana que te oriente?

Un abrazo, robsalz.

 

A veces. Saludos. Un placer recibirte por aca.