Se va a vivir su vida, su momento.

Me hace feliz, sonríe y se demora,
desplegando su gracia, su contento.
Es para mi alma cálido alimento,
yo quisiera gozarla a toda hora.

Pero es libre y me esquiva, la evasora,
se va a vivir su vida, su momento.
Es mi hija, de gracia un portento.
-Así me miras tú, madre amadora.

Y me colma de besos, de promesas.
-Muy pronto volveré, antes que esperes,
pues tu hogar es un nido de quereres.

Y me deja su aroma en espesas
volutas de nostalgias de otros días,
cuando yo construía sus alegrías.

 

Si Luciana sí


los hijos son nuestras joyas...


Un abrazo

 

Sergio D'Baires, gracias por tu sincero comentario. Un abrazo.