Liras ligadas logran labrar los lúcidos locos

Yo no creo en las hadas
ni en los duendes, los elfos o los magos,
ni en sílfides aladas;
yo creo en los estragos
que causan en los tontos los halagos.
​

 

La traumatología
practica Filomena sin cesar.
Cuando termina el día
la hemos visto curar
muy ducha todo el trauma del lugar.​

 

La nariz no has de hurgar,
si te pica te aguantas los picores
o te vas a un lugar
en el que sin temores
puedas con eucalipto hacer vapores.​

 

Un aroma me abraza.
Es pájaros ingenuos, memoriosos.
Me envuelve, me amordaza
a pasados borrosos
con destellos de instantes deliciosos.​

 

Enemigo, de Agrelo,
Cabernet Franc, ¡qué vino refinado!
Tremendo desconsuelo,
poco nos ha durado.
No hay fronteras en Baco y su pecado.​

 

Tal vez son inefables
las oscuras pasiones que yo siento.
Como Jekyll, amables
actitudes presento.
Como Hyde, soy un ogro muy violento.​

Hyde pronunciado como "jaid".

 

Me encanta el terciopelo
la viscosa, el vichy y la franela,
y ese tul de tu velo
que parece que vuela
y da el aspecto frágil de una abuela.​

 

¿”Abuela” usted me dijo?
¡Qué espantoso improperio a mi ropita!
En detalles me fijo,
quiero lucir bonita.
A los cien, soy coqueta y azuquita*.​

Azuquita: expresión caribeña con connotaciones similares a “salero”.

 

Si a "lirar" se me invita,
firmo la invitación -valor y al toro-,
aunque mi musa ahíta
sature, igual que un loro,
de poemas ridículos el foro.
​

Tengo una pregunta: ¿un autor puede continuar el hilo con otra lira suya, habiendo puesto una justo antes?

 

Si hay algo que yo adoro
además del ingenio y el humor,
-no me riñas, que lloro-,
es que venga este autor
y nos escriba versos con candor .​

 

Yo creo que el decoro
nos invita feliz al contrapunto.
Siempre será un tesoro
compartir el asunto.
Esto será humorístico, en conjunto.​

 

Como a todo me apunto,
me he bajado del tren y me he venido,
pero yo me pregunto
si será mucho ruido
tocar la lira yendo en tren subido.

​

 

Suena el acordeón
y me pongo nostálgica y sensible;
me embarga la emoción,
sensación intangible
que me hace ver posible lo imposible.​

 

No vivo en desazón.
Un ave, un río, un sol de madrugada,
un cambio de estación
y una grata velada
quiero. Lo bueno cuesta poco y nada.​

 

Nadando en la piscina
paso las horas muertas sin sentir;
el agua está divina
y no quiero salir,
solo quiero volverme a sumergir.
​

 

Tal vez deba partir
o reiniciar mi huída hacia el umbral
del amar y el sufrir.
Has sido un vendaval
y añoro el puerto de la paz mental.​

 

Se oyó un “no pasa nada”.
Aunaron Presidente y Canciller
con una turba alzada
y un loco en el poder:
¿podrán del mundo desaparecer?​

 

Algunos con fusiles
quieren eliminar a la protesta
amagando a civiles
con esa acción molesta
que el pueblo con repudio da respuesta.

 

Son horas de la siesta.
Un ventarrón diabólico en mi acera
dedicado molesta
a cada humana fiera
de la insomne codicia callejera.​