¡Más maderaaa!

Siendo tan fiel como un chucho,
sobre todo si se apaga,
a la musa que divaga
le diremos: yo te escucho.
Y aunque la queremos mucho,
impertinente y esquiva
a veces un poco diva,
por excluyente y tacaña,
por torturarnos con saña,
traguemos nuestra saliva.​

 

"Traguemos nuestra saliva"
-dijo Cyrano certero-,
que tras colarse primero
muy pronto se vino arriba
y tomó la iniciativa:
con una gran rapidez
y sin contar hasta diez,
en menos que canta un gallo,
tan rápido como el rayo
lo arregló: ¡Qué lucidez!

​

 

Lo arregló: ¡Qué lucidez!
Así se escribe la historia
y se marca trayectoria,
¡Qué apuros más bien, pardiez!
Porque son ya mas de diez
las meteduras de pata,
¡Qué ganas de dar la lata!
A Eratalia le he pedido
su espinela de rugido:
me ha perdonado la errata.

 

Impidiéndole dormir
recurriendo a la pastilla
tras dejar la mascarilla
y el sueño así conseguir.
Que ya no puedo fingir
y os cuento lo que ha pasado:
tras dos años con cuidado
renunciando a tantas cosas
lo han pillado las mocosas
y, de nuevo, confinado. ​

 

Él se enfada descontento
cuando la panza le chifla.
Nunca es tontuela engañifla
ni ridículo aspaviento
cuando nos pide un momento
con cara de sufrimiento.
Presto corre para el baño
y sabemos, por el caño,
cosas poco pudibundas
van a zonas nauseabundas,
en donde vive el morgaño.​

 

En donde vive el morgaño,
es lo que nos dice Traiga
que con cariño se arraiga
en nuestro idioma de antaño.
No queriendo causar daño,
anticipo la emoción
de la rica variación
pero es que en el diccionario
no aparece tal falsario
sí murgaño, que es ratón.​

 

Sí murgaño, que es ratón,
existe en el diccionario,
mas no soy estrafalario:
es que en tierras de Aragón,
¿“morgaño”?… ¡igual acepción!
El DRAE es un gordo bicho;
a veces, puro capricho,
otras, fuente de sapiencia.
Hay que tenerle paciencia
a Tommy con lo que ha dicho.​

Se lee en el DRAE:

morgaño
1. m. rur. Ar. murgaño. Donde “Ar” en este caso no es "Argentina"; es “Aragón”.

 

A Tommy con lo que ha dicho
solo hay que darle las gracias
porque de esta forma sacias
de la inquietud el mal bicho.
Aunque parezca capricho
considero de mención
saber que un mismo ratón
tiene diferentes nombres,
que llamamos a los hombres
según sus costumbres son.​

 

Suelen ser también cambiantes
humores y sentimientos;
estamos tristes, contentos...
y luego, vuelta a lo antes.

Pasados unos instantes,
de nuevo subo o me bajo,
estoy más serio que un ajo
o me río a carcajadas.
Pasan cosas, demasiadas,
que me dejan cabizbajo.
​

 

Que me dejan cabizbajo
mis vecinos, los del quinto
y, siendo solo sucinto,
los mandaría al carajo.
Me va a suponer trabajo
pero lo haré sin dudar,
he de al perrito ayudar,
no les voy a consentir
que hagan al chucho sufrir
no lo saben bien tratar.​

 

Que les dan ocupación
nadie parece apreciarlo,
ni pretenden abrazarlo
con gran felicitación
a pesar de aquel millón
de aumentos que les han dado.
Hay uno que es malcriado,
campeón de los holgazanes:
en el curro hace desmanes
y quiere salir forrado.​

 

Compuesto de tonta gente
está el reino y sus bufones.
Dos monarcas remolones,
un principito indecente,
la princesa displicente
y el ministro mujeriego.
Al rey no le cabe el ego
y a la reina, los vestidos.
Para colmo, sus amigos
solo muestran desapego.​

 

Solo muestran desapego
por la vida de sus gentes
los monarcas contendientes
iniciando guerra a fuego
por satisfacer su ego.
Es la vida lo importante,
y la mujer es garante
que la vida prevalezca.
Ellos hacen que fallezca
su fruto que es un diamante.​

 

De sentirse cual macaco
es el momento adecuado:
"pronóstico reservado"
por las locuras de un caco.
¿Dónde está el hombre del saco?
¿Dónde la bruja en su escoba?
Navegan por el Moscova
ajenos a que el presente,
por su atribulada mente,
el equilibrio nos roba.​

 

El equilibrio nos roba
esta realidad necia
donde el temporal arrecia
y te pone cara boba.
En el búnker de la alcoba
resuenan las explosiones
de ya apagadas pasiones:
aferrarse a lo pasado
hasta parece adecuado,
a falta de más opciones.

 

A falta de más opciones
hay que apañarse con esta.
Yo me voy a echar la siesta,
cerrando antes los balcones
para evitar distracciones.
A ver si cuando despierte
disfruto de mejor suerte,
el cielo está despejado,
la tormenta se ha pasado
y yo me siento más fuerte.
​

 

Y yo me siento más fuerte
tras compartir mis temores
alejado de estertores
y agraciado por la suerte.
La que tendré cuando acierte
la que siendo primitiva
la escucho siempre furtiva,
que sigo siendo devoto
de la eterna bonoloto,
de la esquiva y fría diva.​

 

De la esquiva y fría diva
estoy hasta el caracú.
Como el fray Mamerto Esquiú
mi almita buena se priva
(con cuidado y siempre esquiva)
de mujeres voluptuosas.
Dirán, “¡lo que son las cosas,
un hombre tan fiel y apuesto
como Don Fermín Ernesto…
pudiendo salir con diosas!”​

caracú: m. Arg., Par. y Ur. Tuétano de los animales, en particular vacunos.
Fray Mamerto Esquiú fue un santo franciscano de nuestros lares.

 

Pudiendo salir con diosas
se abstuvieron con decoro,
y a mí gran pena en el foro
me daba al verlas hermosas,
queriendo lucir garbosas
por toda la plaza entera,
con otros que a su manera
se destacan en el arte,
el mismo que se comparte
a través de Más madera.
​

 

A través de Más madera
aprendo de todo un poco,
a veces me rompo el coco
mas no es nada que no quiera;
alivio cuanto quisiera
amarguras de mi día;
como no, la poesía
es mejor con compañeros,
y es que aquí siendo sinceros
todo el odio se extravía. ​

 

Todo el odio se extravía,
se evapora como el viento.
Aquí, cuando escribo, siento
que la noche se hace día
pues me da mucha alegría
leer a los compañeros
que son buenos decimeros.
Escriben cosas graciosas
y otras veces amorosas.
Para versos, los primeros. ​

 

Para versos, los primeros
deben ser cautivadores.
Reflejar horror, ardores,
balas, mujeres, aceros,
goleadores, cancerberos…
todo con fuerte pasión.
Dejarás que el corazón
dicte el paso de tu pluma.
Así, tu esencia rezuma
su más bello diapasón.​

 

Su más bello diapasón
suena con su guitarra
si se sienta en una barra
y comienza su canción
que sale del corazón.
Él siempre canta entonado
y cuando está enamorado
canta su canción trovera
a la joven que lo espera
y que nunca lo ha olvidado.​

 

Y que nunca lo ha olvidado,
ni lo hará mientras escriba
estos versos y perciba
que el poeta está enchufado
lanzando aquí su rimado
desde casa o en la acera,
desde la cola en que espera,
tras chocar con la farola,
de visita en Santa Pola*
cuando la vista se opera.​

*Santa Pola: conocida, y frecuentada por incontables turistas, localidad de la provincia de Alicante.

 

Cuando la vista se opera
y la visión se recobra
se termina la zozobra
de caer por la escalera,
o decirle a la portera:
Buenos días, Don Marcelino;
que menudo desatino
ir por esta vida a ciegas:
seguro que te la pegas:
¡Anda con ojo, Paulino!​