Autómata.

Admiré la espontaneidad
mecánica de una flor,
consintiendo a la estación
que la devorara, esparciendo su savia.

Tu estabas aquel día masticando pan,
de lo sobrante de tu boca
se alimentaban los pájaros
y yo podría haber sido uno de ellos.

Tendría que haber nacido androide,
al reloj de tus deseos sincronizada,
olvidando a mi antepasado Prometeo
encerrándome en la armadura del a-teo.

Podría ser que fuese una escafandra
derruida,
por las mordeduras de los peces,
y es que el mundo actúa como una gran máquina.
Ofreciendo ternura y la digestión convirtiéndolo en desecho,
nutriéndose de mi.

Repetición de movimientos,
debería de haber crecido
como un robot,
exenta de lo que llamamos vida.
Autómata.

​

 

Hace un mes que justo pienso eso, que quiero ser una Sofía y replicar mis partículas como nano robot; más esparcidas seguro esté más aburrida de la humanidad.... Autómata no creo pueda ser nunca, demasiado dispersa e inquieta para siquiera limpiarme la orina dos veces de la misma forma...
Pero de seguro un día, me agobia respirar por hábito, y también, me de paja (pereza) respirar y me muera, al fin...

 

Precioso

 

No hay que correr, al final, todos vamos a morir.

 

Gracias Oona un gusto.

 

Muchas gracias por pasar por aquí.

Un saludo.

 

En su momento me agradó esta obra, y ahora que la rescato vuelvo a encontrar los detalles de esencias ocultas, porque no son apreciables a la vista.
La esencia de pétalos desflorando muriendo mientras engendran vida. Hanami.

Imagen de curiosa luz castaña
me fuerza con volver a la memoria,
aquel recuerdo tierno de la noria,
su lento giro sigue, me regaña.​

El lento proceso de alimentar y alimentarse, a veces sin percatarse del esfuerzo que existió para obtener ese alimento. Itadakimasu.

Imagen del pasado tan huraña,
parece mal presagio sin historia,
buscando que se pierda de la gloria,
instantes que me arranca mala saña.​

Mezcla de rebeldía y sumisión, es imposible el equilibrio si se lanza a cada extremo, el camino no siempre es recto, ni plano. Para recorrer la senda, se debe probar cada orilla, sin llegar a caer al vacío. Ryûko Ying - Yang.

Recibe los desprecios que sobajen,
esputos y maltratos como olas,
regresa por callejas de agonía.​

Los procesos se repiten, sin necesidad de conciencia. El cuerpo se programó desde el momento que el acrosoma se derritiera, y el flagelo se desprendiera, ya consumidas las mitocondrias. Hasta ese proceso lleva millones de años sin apenas cambio.

Dejada de soslayo cruel imagen,
también... se quedan estas letras solas,
al menos... nos haremos compañía.
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El soneto desarmado es un viejo tema que también despertó la imagen del autómata - Tomografía cerebral.