Sal, azucar y pimienta

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Cuando escribo un soneto, me doy cuenta,
que me siento del todo complacido,
no creáis que escribir es pan comido
si la musa no sabe a que se enfrenta.
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Algo de sal, azúcar y pimienta
le meto a todo breve contenido,
lo suyo es no caer en lo aburrido
ni destrozar tampoco la osamenta.
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Verso a verso me alejo en lo posible
de lo banal, lo zafio o lo indiscreto;
quizá me acerco a un ego más sensible.
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A veces no se bien lo que prometo;
prometo ser la parte mas creíble,
y la más fraudulenta del soneto.
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Fotografía y poema . Ramón Bonachí.​

 

Lo importante es que tu musa está muy bien condimentada.
El último verso tiene acento en quinta.
Un abrazo, Ramón.

 

MUchas gracias por la observaciones y comentario, buscaremos remedio a ese doble acento , un abrazo desde Tarragona

 

Es toda una clase de como hacer un soneto. Muy bueno. Un gusto leerte.