Maligno

Los Salas fueron los primeros en desaparecer.
Una familia intachable, toda una institución en nuestra comunidad, buenas personas, cultas, nobles, el matrimonio y sus cinco hijos, como tragados por la tierra.
La hijita menor me resultaba adorable, una criatura simpática y habladora, de enormes ojos redondos y claros.
Exactamente una semana después, ocurrió lo mismo con los Alessi. Otro matrimonio famoso en nuestro municipio; sus dos hijos varones, su hija mayor ya casada, el marido de ella y su pequeña beba de un año y medio.
La ciudad se revolucionó y se empezó a decir de todo. Se habló de pactos satánicos, de sectas, de cuestiones sexuales sucias, de narcotráfico y venganza mafiosa, hasta de abducciones alienígenas.
Solo había un punto en común entre ambos apellidos además de ser vecinos del pueblo.
El profesor Guillermo Giacove, también desaparecido misteriosamente.
Un diplomado en filosofía y letras de renombre nacional, escritor de varios libros, catedrático de universidades prestigiosas, jubilado, un viudo adinerado y bastante excéntrico que vivía en una casona de las afueras, enclavada en un predio de al menos veinte hectáreas.
Los Salas y los Alessi habían concurrido a la fiesta que el profesor había hecho con el motivo de inaugurar la espectacular casona.
Y yo también fui, con Carlos, quien era… o es… ya no sé... mi pareja… porque él también desapareció.
Su único hermano estaba o está, ya no sé… casado con la hija mayor de los Alessi. Creo que por eso nos falta, por una rara cuestión vincular. Por un hilo conductor cuyo origen escapa a mi entendimiento.
Todos los que habíamos ido a esa reunión no solo habíamos sido interrogados varias veces por la policía, sino que también quedamos sumidos en un profundo temor a ser los próximos.
La tarea de los perros de rastreo que el intendente había hecho traer especialmente desde la Capital, concluía en la sala de la casa del profesor.
Casa y predio que dieron vuelta varias veces, que exploraron inclusive desde el aire con drones y helicópteros. En el casco excavaron en los patios, en el jardín, rompieron pisos, paredes, tomaron huellas, buscaron sangre, pero no consiguieron nada, y se declaró oficialmente desaparecidos a los miembros de las dos familias y a mi Carlos.
Nuestro pueblo se llenó de curiosos, de periodistas, de investigadores de comunidades cercanas en las que también habían desaparecido núcleos familiares completos, coincidentemente invitados a la cena del profesor Giacove.

Carlos y yo dirigíamos una empresa de productos regionales, procesamiento de hierbas para té, mermeladas, miel, aceites, cosmética natural, y cuando también se lo tragó la tierra, Danilo, su mejor amigo y contador y yo, nos pusimos al frente de los negocios.
Había que seguir adelante para no echar a la basura todo el esfuerzo que Carlos había hecho en tan pocos años de actividad.
Los tres nos complementábamos de manera perfecta sin ser perfectos.
Carlos era la fuerza, el empuje, las ganas de extender la marca, Danilo era la parte económica y mi trabajo era el de las relaciones públicas.
Con Danilo, sin ser demasiado compatibles, estábamos muy ligados afectivamente a Carlos de diferentes modos, él era nuestro mentor, así lo veíamos, y por una cuestión puntual que nos ocurrió en esa fiesta maldita, decidimos vivir juntos en su casa. No separarnos para cuidarnos -fue la idea- al menos hasta que se aclararan las desapariciones.
Danilo estaba divorciado hacía mucho, no tenía cuentas que rendir, y yo sin Carlos no tenía fuerzas para seguir sola. Nos apoyamos mutuamente, y así, sin ser demasiado compatibles, nos transformamos en aliados por necesidad.
Nos importaba un bledo lo que pensaran de nosotros los chismosos. Nuestra salud mental era prioridad absoluta; nuestra calma. Nuestra empresa y nuestras vidas eran prioridades. Y teníamos razones para tener mucho miedo.
En esa fiesta del demonio, Giacove nos había visto conversando a Danilo y a mí, mientras Carlos socializaba con los Alessi.
Nunca olvidaré el brillo siniestro en sus ojos cuando, aparentemente pasado de copas, nos dijo algo que me cortó la respiración,

-“No sé si ustedes dos quisieran comerse a besos o matarse…pasan tanto tiempo juntos y solos…
ya lo veré…
falta muy poco para eso”.

y entonces en un acto de lucidez atiné a tomar con fuerza el brazo de Danilo para que no estampara un puñetazo en la cara del profesor.
Le dije que lo dejara, que no valía la pena, que era un viejo asqueroso y loco pasado de vodka, y después ideamos decirle a Carlos que yo me sentía mal, y así nos fuimos rápido los tres.
Con Danilo acordamos no mencionar nunca en la vida el mal rato que Giacove nos había hecho pasar, pero justamente, y a raíz de ese delirio, tuve un presentimiento horrible que luego se cumplió.

Porque no estoy ahora en esta casa de candados y rejas por casualidad.
Había o hay, ya no sé… en Giacove, una vileza que por algún motivo los fue capturando a todos. Algo que todavía no conozco y no sé si voy a conocer.
Por eso hoy estoy en esta casa de chiflados, por lo que pasó aquella noche.

Danilo y yo compartíamos hasta el cuarto, y entre sueños lo oí, porque se despertó en medio de la madrugada, se vistió a toda velocidad y me dijo, como perdido y en una voz muy alta y firme, como cuando argumentaba acerca de alguna cuestión financiera,

-“¡Lisy…Carlos me llama, dice que me necesita, es como mi hermano y me voy con él!”

y yo estaba tan dormida que hasta que me pude calzar, mi compañero ya había encendido su auto, mas luego y aunque en desventaja, subí al mío y no dudé en seguirlo hasta la casa del profesor, que parecía ser el rumbo incuestionable.
Pude entrar al predio y a la casona para ver a Danilo por última vez. Me quedé anonadada cuando con una actitud hipnótica, como si fuera guiado, tocó un libro polvoriento de la biblioteca del salón principal, y después vi al libro flotar y crecer hasta convertirse en un pórtico del que emanaba una luz mortecina, como la de los antiguos televisores en blanco y negro, y simplemente vi como Danilo traspasaba esa puerta iluminada sin poder oír mis gritos desesperados. Quería acercarme y sostenerlo, quería tironearlo hacia mí, pero no podía, ya que una especie de halo extraño me mantenía al margen.

Lloré, grité, eso atrajo a unos campesinos y después a algunos policías a quienes les conté el cuento real y entonces lógicamente me dieron por delirante y trastornada.
Peritos forenses sugirieron a mi tía, mi única familiar, después de interrogatorios con psiquiatras que me atontaron con medicamentos, que era lo mejor para mí esta casa de candados y de rejas, hasta que me adaptara a convivir con la idea de pérdida de mi gente que me había llevado a la locura.

Ahora tengo que portarme bien, tengo que hacer méritos. Mi tía que me cuida dice que me van a conceder el beneficio de ser una paciente ambulatoria y eso espero con ansias, porque sé que cuando salga de acá y pueda volver a una casa sin candados ni rejas, alguna noche voy a escuchar a Carlos, o a Danilo, o quizás el saludo risueño de la más jovencita de los Salas…ya no sé… y entonces será mi turno de abrir la puerta del débil reflejo azul.

Necesito ser fuerte.
Solo es cuestión de esperar.
¿Acaso tengo otra opción?

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El viejo me da tipo recolector de personalidades por así decirlo atrayentes para él para llevarlas a un infierno propio y hacer que sean sus títeres.
Porque se llevó gente que por algo se destacaba en el pueblo.
Me hubiera gustado saber que pasa del otro lado y ver los planes malignos que tenía para todos. Igual me doy una idea pero vos hubieras hecho algo fuera de serie.
(Seguíla cof cof seguila)

Dear posta dejame que haga una reverencia por lo FABULOSA cuentista que sos.
Lujo de luces
No te gustan los elogios pero te los merecés y te los digo igual.
Abrazo enorme y k.i.y.h que mece la plumágica más mágica que nunca.

 

me encanta este tipo de relatos. en inglés le llaman unreliable narrator, y a mí me me hacen muy entretenida la historia. además, seguir el hilo del misterio mantiene la tensión en el lector, esa que lo lleva a uno a querer escarbar más. bueno, hasta que te das un poco contra la pared cuando descubrís el giro final y la unreliability del narrador.

está tuani, cecy.

salud a vos.

 

Exactamente así, un recolector de almas.
Se nota que llevás años leyendo mis temas, caro amico.
El género fantástico me puede, me fluye.
Cof cof, nada de pedir que la siga, la idea es que imagines qué hay en ese infierno de color blue.
No me gustan los falsos elogios, yo a tu cariño lo dejo expresarse y siempre me hace bien.
Qué sería de mí si no vinieras a leerme...
Creo que no tendría mucho sentido publicar y lo digo muy en serio. Sabés que estoy, entre otras cosas, porque me das confianza y me siento cuidada. Fraternidad le dicen...
Gracias por tu compañía que es el lujo verdadero.
Abrazo bien grande.

 

Tampoco le creíste a la pobre Lisy.
Mirá que ella descubrió el misterio de las desapariciones en la comunidad y la tratan de loca...

Amigo, no tenía idea de como se llamaba este estilo, gracias por aportarme el dato, lo que sí te puedo decir es que disfruto mucho narrando en primera persona, aunque en determinados ámbitos sea riesgoso.
La primera persona le da un placer extra al cuento.
Lo que hay detrás de la puerta azul, lo dejo a criterio de cada lector.
No es muy alentador el panorama, pero bueno, así lo pensé.
Por eso el título.

Muchas gracias por tu tiempo de lectura, que vos me leas es tuani también.
Salud y una sonrisa

 

Me gusta la aventura y cuando la leo en una historia bien escrita y bien construida, no puedo negar que disfruto. Las presencias demoníacas o similares, acaparadores de almas, no descansan. Sueñan con más y mejores seres que llevar a través de la puerta azul a su infierno particular. Qué pasará después queda al libre albedrío del lector. Yo apostaría por la recuperación de esa mujer que nunca oirá la llamada o si la oye no la responderá, pero esa es ya mi historia, como la que cada lector se forje.
De todas maneras hay que resaltar el innegable talento que tienes para escribir. Es un relato emocionante e interesante. Muy bien escrito. Por ello mi enhorabuena u mi admiración. Un cordial saludo.

 

Te confieso, Luis que nunca pensé en la recuperación de la chica y fue interesante leerlo desde tu óptica.
Mi idea siempre fue que ella esperaba ansiosa y lúcida encontrar a Carlos y a Danilo del otro lado y que estaba resignada a acudir. a ver qué sucedía detrás de la puerta.
Me sorprende muy gratamente cuando alguien me aporta una visión nueva que yo no había considerado.
Como decía más arriba, escribo para pocos que hacen que publicar, que estar acá tenga sentido, también te incluyo, por supuesto, ya que es un honor contar con tus buenos ojos.
Muchas gracias de corazón por tu tiempo valioso, amigo.
Un abrazo.

 

Fantástico. Estos relatos inquietantes que se mueben entre la realidad y lo irreal, que te ponen en el punto de decidir sobre las historias me encantan y tú lo has bordado. Tendrías que hacer una selección y publicarlos. Te sobra talento y con toda seguridad los disfrutaría un montón de gente.
Bueno, buenísimo.
Que tengas un lindo dia.
Luz

 

En sí es un cuento de fantasía donde ocurre lo que ocurre, y no solo en la mente de Lisy.
Pero coincido con vos en que darle una mezcla de "será, no será..." le aporta misterio
Y eso está buenísimo.
Llevo 43 años escribiendo historias cortas, casi toda mi vida y me gusta mucho variar las temáticas. Los poemas llegaron después.
Publicar en papel antes era un sueño, hoy me parece que sería un mimo al ego, o sea, al ego positivo, o el hecho de ver mi nombre en una tapa, pero hace bastante que dejó de ser algo que yo quiera. Tampoco lo descarto y te agradezco tus lindas palabras motivadoras, Luz.
Estas prosas las traigo para poquitos como vos, que en sí son quienes me interesa que lean porque sé que les gusta y que son sinceros.
Mi frase es que publico para todos pero escribo para personas muy puntuales por las que siento cariño y que leen con respeto.
No te voy a mentir, esta es la verdad
Así que espero que mi agradecimiento te llegue como quiero que ocurra, desde el corazón.
Un abrazo y que este viernes y finde te traigan puras cosas buenas.

 

El caso es que hay mucha gente que disfrutaría si tuvieran la opción de acceder a ellos. Mundo poesía está bien, pero hay muchos que necesitan buena literatura y saben valorarla. No sería sólo un tema de ego, sería más bien la felicidad de compartir cosas inestimables con gente inestimable. De hecho le voy a mandar este enlace a una amiga que sé que lo disfrutará.
Un abrazo.

 

Gracias nuevamente, Luz.
Tenés una profunda generosidad.
Después te voy a escribir por privado para responderte como merecen tus palabras y con más detalles que tienen que ver con lo que me decís.
Otro abrazo muy grande.

 

La vida es una aventura, es tratar de descubrir el misterio que la envuelve porque su descubrimiento nos hará entender la verdad que encierra, y hemos de ser valientes y enfrentarnos a esos miedos que nos atemorizan y que nos frenan e impiden avanzar, ello exige sacrificio, fuerza de voluntad, no tirar la toalla e investigar, escudriñar hasta encontrar el secreto que se esconde en todo, poner en duda lo que a nuestros ojos parece cierto cuando en realidad sólo son apariencias, hay que confrontar opiniones, consultar fuentes y atreverse, sin miedo, a ahondar en ellas... tal y como hizo Lisy, y aunque los demás nos tomen por locos, tal vez los locos sean ellos al creer que solo lo que tienen delante de sus ojos es la verdad y no son capaces de percibir que hay cosas que escapan a los sentidos pero que estar ahí lo están.
Meha subyugado la lectura de este bellísimo y cautivador relato mi querida Cecy, tus dotes de narradora son sublimes y admiro tu gran talento para las letras, gracias por compartirlo mi querida amiga.....muááááaacksssssss

 

Me sorprende el buen enfoque filosófico que le diste a esta ficción.
Yo suelo escribir temas personales, vivenciales, pero también disfruto mucho, o quizás más, del cuento, sobre todo del género misterioso y fantástico.
Pero lo mejor de escribir en prosas no solo es la libertad creativa, las posibilidades múltiples; también es el hecho de recibir buenas lecturas, buenas miradas acerca del texto. Es enriquecedor ver como cada persona le da un análisis diferente.
Por eso te agradezco tu tiempo, Isabel. No todos tienen la paciencia de leer en líneas largas. Por eso mi gratitud es mayor.
Te envío un fuerte abrazo con cariño desde este sur que se acerca al invierno.