Te presiento.

Hundida en tu mar, que está calmo
callado y sin voz, te presiento.
Me ovillo esperando el momento
que rompas la paz con tu salmo.

Un salmo de voces que estrelle,
como tromba en mil infinitos,
cristal de silencios malditos
y mi alma ya no te querelle.

Tu voz, cristalino susurro,
acaricia mi alma con versos,
profundos, sutiles y tersos.

Cuando oigo tu voz yo concurro
a noches plagadas de luces,
cocuyos brillantes, que luces.​

 

Muy bonito Luciana.

 

Hay calidad y talento en tu versar, gracias por compartir este bello soneto, saludos

 

Gracias, Juglar, por tu amable comentario. Un abrazo. Luciana.

 

Me encanta, Luciana. el lector concurre a una cita especial en la lectura, y esa voz, sus susurros están conjugándose en la ausencia llenos de sensualidad. Lo disfruté mucho. Saludos

 

Me ha gustado.
Saludos poeta.

 

Poeta Marah, un honor recibir tu mensaje. Muchas gracias por tu generosidad. Un abrazo. Luciana.

 

Tus versos desprenden una amorosa melancolía en espera del ser amado.
Gracias por tu creatividad, querida Luciana.

 

Compañera Isabel, poeta, gracias por siempre estar en mis versos. Un abrazo. Luciana.

 

José Luis, muchas gracias por tus gentiles palabras. Un abrazo. Luciana.

 

Me alegra que te haya gustado. Un abrazo. Luciana.

 

Debe ser mutuo.
Un beso, Luciana.

 

Gracias por la lectura, Sergio, y por tu gentil comentario. Un beso. Luciana.

 

Gracias a ti por tu comentario amable, Dvaldés, un abrazo. Luciana.

 

Casi todos anfibráquicos y uno o dos mixtos. Me suena bonito y musical. Me encantaría si el "callado y sin voz" fuese el mar, no el presentido. Es mi licencia de lector. Me suena súper-poético así.

Saludos, Luciana.

 

Gracias por la lectura y tú amable comentario. El mar, no su mar. Lo pensaré. Un abrazo. Luciana.

 

Gracias, Iguzú, por tu amable comentario. Un abrazo. Saludos. Luciana.