¡Salve, Leovigildo!

La Hispania en que el romano esculpe en el terreno

de inmemorial ensueño, el visigodo lleno

de la energía incólume, arriano por natura,

al que alabar cristiano de la natal figura

más por forzado ser tervingio que por todo

el Imperio romano, de la estirpe del godo.


Afianzábase el reino visigodo en Toledo,

Leovigildo daba a Recópolis su credo,

que a su hijo Recaredo dejaba en heredad.

¡Salve, Leovigildo!, única majestad

en aunar territorios y pueblos, un Estado

mismo, por fin, de un reino godo purificado.​

 

Una buena imitación medieval, recuerda a Gonzalo de Berceo, nuestro primer poeta de nombre conocido. Un saludo cordial, FanÁngel.

 

¡Estupendo, FanÁngel!

Poesía con visos bien clásicos y medievales,
como bien dice José Benito_
Un gusto leerte_
Abrazos_

 

Gracias José por la visita y por tu comentario. Otro saludo cordial

 

Muchas gracias por la visita y por tu amable comentario, Lucio Esteban. Un abrazo

 

Quizás el tono de salmodia de tus pareados alejandrinos se adapte a su tema, tan remoto que parece mítico. No me entusiasma.

abrazos
J.

 

Muchas gracias por la visita y por dejar tu opinión, musador. La verdad es que el tema no es muy atrayente, lleva el estigma de la famosa "lista de los reyes godos" que todos, unos más que otros, odiábamos en las clases del instituto. En mi caso no fue así, siempre me ha atraído mucho la historia de estos pueblos germánicos que extendieron su semilla por Europa, y especialmente en España, convirtiendo Leovigildo definitivamente el reino visigodo en el primer Estado hispánico (hay mucha controversia a este respecto, pero yo no voy a entrar en polémica), como afirman algunos historiadores. Pero al margen de esto, respecto al tono monótono que mencionas de estos pareados te puedo decir que lo hice deliberadamente, dado el tema arcaico de que trata el poema. Y esto ya entra dentro de los gustos de cada lector, a unos puede gustarles y a otros no, debido al carácter subjetivo de la poesía... Pero bueno, qué te voy a decir que ya no sepas.

Un abrazo