A qué precio somos engranaje

"¡Ay!, tener un precio por el que se
deja de ser persona para ser tornillo..."
Friedrich Nietzsche.

Yo sé de las funciones en la vida
pero todo incomoda con la duda,
en el silencio que el reloj exuda
cavilo por amor, por embestida.

Yace por engranajes consumida
pero a qué precio fuera tan tozuda,
por qué motivo fuera así menuda
la grandiosa belleza envilecida.

Al contemplar y ver la maquinaria
noto su producción de desamor
y el amor punza con una plegaria

de lo que fue movido por pasión.
En certera revuelta -y necesaria-
el cuerpo habla con fuerza y conmoción.

©JLGalarza

 

Todos tenemos un precio por el que nos vendemos sino antes será después, y al vendernos dejamos de ser lo que en realidad somos, amor.
Encantada de reflexionar a la luz de tus profundas letras querido amigo José Luis, besos para ti con cariño y admiración....muááckssss

 

Así es mi querida amiga, somos amor y a qué precio rompemos o ignoramos esa raíz. Abrazo.

 

Hermoso soneto, de contenido reflexivo. Me encantó el verso que te señalo.

 

Agradezco el comentario estimada Luciana. Saludos

 

Buena cuestión la de tu soneto José , la rima de los dos tercetos es muy original, un abrazo poeta, Alberto.

 

Gracias Alberto, un abrazo, espléndida jornada para ti.