Siesta y cielo

No parece científico argumento,
sin que pueda tacharse de ocurrencia,
decir que cielo y siesta son la esencia
de una vida feliz, con fundamento.

Mas, nada existe igual por el momento,
es gozar del sopor, es la evidencia
de que existe en el mundo la clemencia
de Dios ante el calor, por irredento.​

Culminar un festín que ha sido grato
durmiendo a pierna suelta, entre algodones
es hacer los honores a ese plato

que los dioses han hecho en los fogones
para tomarlos tú, jamás el gato,
¡y qué le vayan a otro con sermones!​

 

Excelente! Muy ocurrente.

 

Es un soneto muy para las vacaciones y el descanso. Me ha gustado.

 

Gracias por este hermoso soneto dedicado a la querida siesta, un placer leer tus versos, poeta, saludos cordiales, Bernardo, Alberto.

 

Gracias por tu comentario. Es evidente que la ocurrencia viene del calor y de la consiguiente caída de brazos.Hay que hacer lo justo y lo mejor es el descanso. Saludos. Brrnardo

 

Gracias Luciana, ya ves , no sé expresar mejor lo que siento con la siesta. Y la disfruto , desde luego. Un abrazo . Bernardo de Valbueba

 

Me ha gustado mucho, entretenidos y sinceros versos. Saludos cordiales

 

A medida que pasan los años aprecio más facilmente los rasgos de divinidad de la siesta.
Gran saludo Bernardo.

 

Gracias Alberto por tus palabras, desde luego no sé si para todo el mundo, pero para mí es sagrada, es un bálsamo, salgo como nuevo. Saludos, Bernardo de Valbuena.

 

Gracias ,compañero de fatigas en otros versos, así me repongo de estos calores, desde que el mundo es mundo. Un abrazo. Bernardo

 

No sé si me habré pasado un poco con igualar siesta y cielo, posiblemente, pero algo así debe ser…o parecido. ¿Quién te dice que Dios no probó la siesta?
Saludos Bernardo de Valbuena

 

Al séptimo día, seguro.
Otro saludo.

 

Yo, ahora que estoy retirado la duermo siempre. Me gusta hacerlo porque así el día tiene dos amaneceres. Decía J. Cela que era el yoga nacional.
Un placer de lectura.
Castro.

 

Gracias por tu comentario y “ el día tiene dos amaneceres” por una siesta, me quedo con él … lo recordaré cuando me levante. Un abrazo. Bernardo de Valbuena.