La áurea dama | Soneto

Naciste con el pulso de una estrella
vibrando en la mitad del corazón
que en roja sangre porta una oración
de luz ardiente como la centella.

Tal es tu inteligencia que atropella
falacias que se esgrimen sin razón
en burdo carnaval de inquisición
por hombres que aman solo la botella.

De lógica construyes cada arenga,
palabras que demuestran que alguien ama
y escribe sin que nadie la mantenga.

Tus obras contribuyen, sabia dama,
a hacer posible el día en que se obtenga
justicia que hace tiempo se reclama.

 

Hermoso y justiciero soneto para esa dama que sale incólume de las habladurías. Un gusto leerte.

 

Muchas gracias, Luciana, por tan bellas palabras en tu comentario. Me alegra que te guste; un abrazo.

 

Justos y bellos versos por esas luchas históricas de la mujer. Saludos compañero

 

Precioso soneto, heroico puro, el acento rítmico 2-6-10, es de los más me gustan.
Saludos Cirhian

 

Justicia a esa bella dama, con el tiempo las aguas vuelven a su cauce natural y todo quedará en su lugar amigo Cirhian, precioso soneto que me ha encantado leer...Besos para ti con admiración y cariño...muácksss

 

Gracias, compañero José Luis; opino que hay luchas que merecen el apoyo de todo el que tenga dos dedos de frente, sean las nuestras o no. Un abrazo.

 

Muchas gracias compañero Antonio; buscaba el ritmo en los pares en este soneto y creo que ha quedado una melodía decente. Me alegro que te haya gustado.

Un fraternal saludo.

 

Muchas gracias, compañera María; me alegra mucho leer que lo has disfrutado y que lo describas tan superlativamente.

Un cálido saludo, deseo estas letras te encuentren bien,

 

Muchas gracias compañera Loma; en efecto, aunque hayamos de drenar pantanos, las aguas volverán a su cauce. Me alegra que te haya gustado el soneto, en realidad me peleé bastante tiempo con él hasta un día sacarlo del olvido y terminarlo de una sentada.

Un abrazo.

 

Bello soneto, poeta, ya me gustaría conocer a tan justa dama que lucha por elevados valores, un placer la lectura, Cirhian, abrazos cordiales, Alberto.

 

Muchas gracias, compañero Alberto, por pasarte a leer y comentar. Estas damas existieron y existen, para reconocerlas solo hay que saber quitarse el sombrero

Me alegra que te gustara, un cálido abrazo.