El lavabo de la discoteca

Como náufrago en el río de la noche,
hasta el cubículo, la isla mortecina de seis metros cuadrados
donde se expulsa al corazón de la virtud.

Este olor a efluvios verdes o tal vez rojos que no puedo identificar,
las axilas acres, la orina y el ácido aroma que deja el vómito
en el suelo que un día fue blanco como una sábana virgen.

El espejo que es un óvalo carcomido de pvc barato,
allí mi rostro se hunde en la nube del hálito, sin nitidez,
sin la pureza de una cara lavada, mi piel con semen de luna,
mis ojos que el alcohol incendió, brotes de insomnio en el iris,
en las paredes, pintadas sucias, sin alma: te voy a follar, puta...
me cago en dios…el dibujo de tres pollas, de diferentes tamaños,
como si hubiera un sueño de dimensiones improbables en los intersticios del ansia.

La bombilla sin tulipa, desnuda como un sol atroz,
en el lavabo el agua es ocre, terrosa, vil.

Y esta puerta desportillada, y la máquina de durex,
y esa música que rasga los espacios, los pasillos,
la carne, la memoria, el día y la noche.

Y tú que me pides diez euros para una última copa
o un último chute.

Qué sola estás-jodida-contigo y sin ti.

Y es que el amanecer queda demasiado lejos, cariño.

 

Esa descripción del baño es universal, excepto por la máquina de condones. Un abrazo, Ramón.

 

Ya tiene marca. Gracias por tu visita. Un abrazo.

 

Es un buen poema realista, Ramón. Me gusta el cambio de "durex" por "condones"; también se me hace llamativo la alusión al "último chute", lo cual sitúa el poema en un tiempo determinado (en los años 80 o 90), si hubieras cambiado "el último chute" por la "última raya" o la "última pastilla" el poema hubiera avanzado alguna década o hasta el presente (¡hay que ver lo que cambia un poema una sola palabra!). Un abrazo.

 

Coincido con el comentario de Luis.

Muy buenas letras.

Salud2

 

Gracias, Maramin, por leer y comentar. Un saludo cordial.

 

Hola, Luis. No soy muy partidario de etiquetar los poemas, para mí este poema es uno más de los que he escrito. Es cierto que, estéticamente, por decirlo así, podría encuadrarse dentro de la corriente realista, pero repito que es tan solo otra forma de expresión a la habitual en mí, trato siempre de ser lo más versátil a la hora de escribir y no limitarme solo a incidir en los mismos recursos en un poema detrás de otro(aunque es inevitable cierta repetición).Es verdad que la palabra "chute" en el mundo de las drogas estuvo de moda años atrás y hoy menos, pero creo que se sigue utilizando hoy en día, sobre todo entre heroinómanos. Un abrazo y gracias por tu comentario.

 

No es necesario que el autor etiquete sus poemas, ya se encargarán otros de hacerlo, jeje.
Y lo del "chute", no me refería al uso actual o no de la palabra, sino a que en los últimos tiempos es muy raro encontrarse a un heroinómano en una discoteca, hace tres décadas no lo era tanto.
Un abrazo.

 

La descripción es buenísima. Creo, además, que he estado varias veces en ese local. Quizás hasta podría ser que nos conociéramos allí.
Muy bueno Un abrazo

 

Gracias, Évano, por la visita y el amable comentario. Un saludo cordial.

 

Posiblemente hayas estado sino en ese en otro similar. Mi agradecimiento por tu visita y palabras. Un abrazo.