El burlador burlado

En el imperio de la noche oscura
donde la luna cede su existencia
un gemido con tintes de clemencia
se eleva entre el silencio y la espesura.

Un lamento con visos de amargura
no puede permitir la indiferencia
ante el hedor sin par de la indecencia,
antesala feroz de la tortura.

Un lobo enardecido, en ese trance,
mostraba sin pudor su vil donaire
a fuer de ser un monstruo despechado

ante una presa fácil, a su alcance.
Un cuchillo acerado surcó el aire,
símil brutal del burlador burlado.​

 

Gran dominio de la métrica, la sinalefa del cuarto verso es estupenda: “...el silencio y...”.
Un extraordinario soneto que se agradece y un último tercero para cerrar muy bueno.
Me gusta el uso de la palabra “fuer”; le da un bello toque clásico al poema y además pone gusto a la métrica.

Saludos cordiales, Bernardo, y gracias por este rato de agradable lectura y por regalarnos tan lindos versos.

 

Gracias por tus comentarios porque la intención y el porqué de escribirlo eran brutales, si además ha cumplido el fin de hacerte pasar unos minutos agradables ( aunque la intención del soneto es poco jocosa, por cierto)…miel sobre hojuelas. Saludos. Bernardo de Valbuena